Chile repitió fórmula, dosis y confirma su título en América

Se acabaron las dudas, un año después de aquella final en Santiago el equipo Rojo se consagró nuevamente ante el mismo rival, por el mismo camino, con la misma fórmula, con otros protagonistas en algunos casos pero con la misma dosis de alegría.
Foto: Nicholas Kham / Getty
Foto: Nicholas Kham / Getty
Foto: Nicholas Kham / Getty

NEW YORK. Se acabaron las dudas, un año después de aquella final en Santiago el equipo Rojo se consagró nuevamente ante el mismo rival, por el mismo camino, con la misma fórmula, con otros protagonistas en algunos casos pero con la misma dosis de alegría.

Chile volvió a dejar sin chances a la Argentina. Heber Lopes, el árbitro del partido condicionó a todos con dos expulsiones mal realizadas; Ambos atacaron poco, Chile tuvo más llegadas que la Argentina, cinco remates en el arco y pare de contar, José Antonio Pizzi optó por las salidas de Alexis (lesionado), y Eduardo Vargas, optó por terminar el partido sin goles, e ir a los penales. Tal cual hace un año.

La fórmula resultó exacta, otra vez fueron campeones desde los doce pasos, no fue Alexis el que pateó el penal más importante, fue Fransisco Silva, y aunque Romero tapó el primer penal, Messi lo erró para la Argentina, eso terminó con la confianza albiceleste, y creció la fe Roja.

Chile no tiene más discusiones, se hablaba del título de 2015 como un título hecho a la medida de Chile, ahora el título le costó mucho, tuvo que ir de menos a más, perdió con Argentina, estuvo a punto de empatar con Bolivia, luego tuvo que remontar a Panamá y finalmente comenzó a jugar bien, goleó a México, eliminó a Colombia sin su gran figura, y volvió a dejar sentada en el piso y con la mirada perdida a la Argentina de Lio Messi. Todo un mérito para esta generación chilena.

Total
0
Shares
Related Posts
Read More

Sufrido triunfo atigrado

The Strongest cumplió de local con su labor y derrotó aunque de manera sufrida por 1 a 0 a Universitario en el estadio Hernando Siles, ahogándole la fiesta a Bolívar que esperaba una caída atigrada para asegurar el título en Potosí.