RÍO DE JANEIRO. Bolivia cumplió, en parte, con lo que había anticipado Villegas en la conferencia de la víspera: jugó un poco más adelantada, tuvo minutos de buen fútbol –y transiciones rápidas– en la mitad de la cancha, y buscó más el arco. Pero no le alcanzó. No supo manejar la ventaja del 1-0.
A Perú, por el otro lado, le alcanzó jugando a cuentagotas. Marcó diferencia desde el físico, la velocidad y la jerarquía que de a poco viene recuperando. Y claro, por los jugadores que tiene. Es decir, no era un rival invencible, si es que hay alguno, pero por algo viene compitiendo al máximo nivel.
Parece un discurso reiterativo, pero es la realidad. Bolivia está a diez, quince o veinte años de trabajo serio, en todos los niveles, de poder jugarles de igual a igual a las demás selecciones del continente. Hay que entenderlo ahora, o la Verde seguirá condenada a participar sin competir.
