Dentro de un proceso que introdujo varios juveniles, Hernán Rodríguez aprovechó la confianza de Vigevani y su cuerpo técnico para crecer hasta convertirse en una pieza de recambio importante en más de un puesto: jugó casi todos los partidos del semestre y le sumó gol a su repertorio.
El cochabambino, que había debutado en septiembre del 2016 de la mano de Beñat San José, dijo presente en 24 de los 28 partidos que disputó la Academia a lo largo del semestre –fue titular en 13 e ingresó desde el banco en los 11 restantes– y anotó los primeros cinco goles de su carrera.
Su doblete en Warnes, en el último partido del torneo, fue clave para que Bolívar revalide el título que consiguió hace una semana (cosas que solo pasan en Bolivia) y festeje tranquilo. Y para él, en lo personal, fue el cierre ideal para un torneo consagratorio.
