La gestión deportiva en Bolivia no existe, es prácticamente una utopía, el inmediatismo es siempre más importante que lo planificado, eso es algo que no es un descubrimiento nuevo, pero es algo que están olvidando todos los que se rasgan las vestiduras al hablar de la inflación del fútbol boliviano.
Un informe de el diario El Deber de Santa Cruz, publicó la mañana del miércoles (04/12) el estimado de cada planilla de los doce integrantes de la Liga del Fútbol Profesional en Bolivia y la compartimos a continuación:
Si analizamos detalladamente los números y textos -fríamente- no en todos los casos está especificado el tema del cuerpo técnico, si está o no incluido en el monto publicado, además tampoco involucra los costos operativos de cada club que son variables y sustentados desde la actividad futbolística en casi todos los casos.
Suponiendo que estos números publicados son los finales, podemos comprobar fehacientemente, que no son sinónimo de resultados deportivos, podemos decir que un equipo como San José, con un monto de planilla “razonable” pelea el títulos hace tiempo, siempre está entre los de arriba con dos claves: coherencia y continuidad en la gestión deportiva.
Otro ejemplo es Oriente Petrolero, que el pasado torneo hizo una gran campaña, la mejor de su historia en cantidad de puntos, con una planilla menos costosa y cuándo decidió golpear “el mercado”, sin necesidad, gue en caída libre en lo futbolístico, aquí a la continuidad le faltó coherencia a la hora de hacer gestión deportiva, bastaba con un análisis para saber que comprar y seguir con la buena marcha del mismo equipo que ha despedido por los conflictos ya conocidos.
Vamos a comparar como sería la tabla de posiciones si vemos la actual -con resultados deportivos- y otra que sería si el que paga más es el ganador:
Las posiciones pueden coincidir en algunos casos, pero es mera coincidencia. Tomaremos de ejemplo de Universitario; Es el equipo que menos “gasta” de los doce y sin embargo estuvo peleando la chance de “campeonar” hasta hace dos fechas y viene siempre peleando premios y está involucrado entre los mejores hace ya varias temporadas, con otra clave repetida, coherencia dirigencial.
Volvemos al caso de San José, que no se desespera por ver como los grandes paceños o cruceños se matonean por un nombre “del momento”, el Santo compra lo que necesita, lo que le sirve, si tiene que pelear lo hace como sucedió con Neumann y seguro no se arrepintió de esa apuesta.
Una Liga de fútbol está compuesta de un número de equipos, y no todos tienen el mismo potencial deportivo y económico, eso es una realidad en el mundo, es así. No se puede forzar a que todos reciban lo mismo y administren lo mismo.
Cada equipo debería saber administrar lo que genera, quizás la distribución de contratos por TV u otros podrían ser equitativos, pero cada gestión tiene una capacidad de generar sponsors y recursos propios que puede utilizarlos en lo deportivo, es una locura pensar que no sea así.
Un ejercicio práctico es haber jugado algun “Fantasy League” – en esos juegos uno se encarga de administrar clubes, con un presupuesto base. La buena administración de esos recursos permite luego seguir aumentando los mismos, luego uno puede ofertar en la medida de lo que sus necesidades piden, si se mal gasta, se quiebra, si se administra bien, cada vez se va administrando más riqueza – tan simple y lógico como eso.
En Bolivia la gran mayoría que administra equipos de fútbol profesional, no son capaces de manejar ese razonamiento, son personas que quieren tener mucha riqueza para luego ver en qué y cómo lo gastan, esa ecuación está demostrada por las mismas personas que hace más de diez años viven en el mundo del fútbol, bajo el lema de “nuestro fútbol es pobre”, pero y entonces, porqué siguen ahí (?) … amor al deporte (?)… tema de otro costal.
La cuestión es que ahora los dardos apuntan a la “inflación del fútbol”, un tema que no es responsabilidad de Bolivia, si no del sistema mundial en el que entró este juego, y que no le corresponde a Bolivia solucionarlo, lo que se debe hacer es entender como funciona ese sistema, e ingresar de una vez por todas, crear una marca fuerte de nuestro fútbol, venderlo como producto global al mundo y demás etcéteras.
Seguimos escuchando que los clubes viven de las recaudaciones, y de ser eso cierto, sería absurdo ir en contra de lo que genera esa recaudación, es decir el espectáculo.
Nadie se preocupa por mejorar los campos de juego, por invertir ese poco dinero en temas de fondo, departamentos de marketing en la Liga tenemos contados con los dedos de la mano y todos con excelentes resultados. Los clubes que llegan a la Liga del Fútbol Profesional Boliviano deberían tener requisitos de estructuras deportivas e institucionales mínimas que cumplir.
Esa gestión debería ser oficio de la Liga del Fútbol o de la Federación, la que fuere la cabeza principal, su función debería ser exigir y regular esos requisitos mínimos y dejar el “compadrerío” de lado, basta de tener 4 o 5 vicepresidencias para equilibrar el poder, se requiere un ente regulador de gestiones que enseñe y siente mano dura con quien no cumpla.
Los clubes dejarían de lado a la dirigencia “amateur” que trabaja por “amor al club”, las instituciones deberían funcionar con dirigentes rentados a quienes se les pueda exigir resultados, el cargo de manager deportivo debe ser eficiente, para que los que se encargan de la parte administrativa no se ocupen de lo deportivo y viceversa, es un cargo necesario pero mal enfocado.
Hay clubes de primera división en Bolivia que funcionan con un presidente y una secretaria. Profesionalizar el fútbol no es sólo hablar de los pagos a los jugadores, profesionalizar el juego es hablar de gestión deportiva seria, algo que lamentablemente en Bolivia aún no entendemos, hay que pagar a todos los empleados el club, incluyendo a los jugadores, hay que buscar logros deportivos y hay que balancear los ingresos con los egresos, todos son factores medibles para saber si una gestión es buena o mala, pero las cosas acá son mejor por abajo, así no salen a la luz.
Nos quedamos conformes con echarle la culpa al otro, con una frase trillada como “BAISA inflaciona el fútbol”, cuando los responsables de hacerle el contrato a Hugo Bargas en Oriente son los mismos que hoy lo demandan. Así funciona nuestra dirigencia, “no ganas, no te pago”, y en el contrato nunca pusieron que el salario era proporcional a los puntos obtenidos, seamos serios, no importa se se tenga que administrar 50 mil o 300 mil por planilla, el problema está en que no saben cómo administrar esos montos.
