Son todos los factores que acompañan la previa del Bolivia – Paraguay en el Hernando Siles, que trae como primer punto, algunos datos alentadores del recuerdo, ese doblete de Pablo Escobar -hoy ausente por lesión- para el último triunfo boliviano ante la Albiroja en La Paz por 3 a 1. O por ejemplo que Paraguay no gana en Bolivia desde hace más de 40 años, su último triunfo fue en 1973.
Pero el partido también trajo a la mesa nuevamente el debate y la trillada frase, “es inhumano jugar en la altura”, lo dijeron algunos referentes del Paraguay como Derlys Gonzales o el mismo Haedo. La tan repetida frase en los mejores años de nuestra Verde, y tan olvidada por estos tiempos, que cualquiera viene al Siles a hacer buenos partidos. ¿Será que a Paraguay, le dio miedo que no le alcance el poco fútbol que mostró en Eliminatorias? ¿qué tuvo que apelar a ese viejo adagio?. Por cierto, la desestimó elegantemente Angel Guillermo Hoyos:“No se puede hablar de las condiciones del lugar donde vamos a jugar, nunca lo hacemos y lo descarto como argumento válido para cualquiera”, dijo el DT.
Fransisco, El Chiqui Arce, ha tenido que apelar a algunos amigos, ante las presiones externas que llegan del siempre crítico, José Luis Chilavert, que afirmó que si no le pueden ganar a Bolivia quedan eliminados. A él se suman los “buchones”, Pablo Caballero que quedó desempleado hace varios meses, llegó como parte de la delegación de Paraguay, ¿su cargo?, ayudante temporario de un Arce sin mucho aire. Sólo para este partido, y su aporte fue afirmar públicamente que “No hay otro rival más que los 3.600 metros de La Paz”, valioso seguramente para Arce, pero motivamente para nuestro equipo que está en tema de lo que dijo el ex DT de varios convocados en el Tigre.
Finalmente, está la presión de Bolivia por lavarse la cara tras la peor derrota de los últimos años, buscar ganar, por algo más que tres puntos, buscar ganar incluso por algo más que hacer valer los datos históricos o demostrar que Bolivia es más que la temida altura, buscar ganar para demostrarse a si misma que no son en vano las cinco horas -consecutivas- de práctica de los últimos tres días, que no es en vano que volvieron muchos experimentados, y que no es en vano que representan a la ilusión de once millones.
