El camino al Mundial: Bolivia 1-0 Ecuador

Ya habían pasado las dos hazañas, en el Hernando Siles ya habían caído Brasil y Uruguay

Ya habían pasado las dos hazañas, en el Hernando Siles ya habían caído Brasil y Uruguay, el tercer partido de local d Bolivia era Ecuador, que marchaba como nosotros, en racha y era segundo en la tabla por debajo de Bolivia.

Con los triunfos ante los campeones de mundo y el alboroto mundial que armó el mate de coca contra Zetti y Rimba, había pasado una semana especial, mucha gente iba a la plaza de San Pedro, ahí estaba el extinto hotel popular Max Inn, donde concentró todo el tiempo Bolivia. Ir por ahí era toda una experiencia, la plaza llna de banderas y gorras de Bolivia, los jugadores en los balcones saludando a la gente. Y cuando se dio el perdón doping positivo de Zetti en Brasil y Rimba en Bolivia, fue como un triunfo nacional. Así se esperábamos a Ecuador, con euforia y confianza. A esta altura, claro, ya habíamos ido a la puerta del hotel con mi pa, y ya teníamos la entrada para el partio del 15 de agosto.

¡Al fin! no se nos cruzaba ningún evento familiar de por medio, llegamos tranquilos al estadio, Ahí se notaba otro clima, había más confianza que en los anteriores juegos, nadie imaginó que iba a ser el partido más sufrido, en realidad era el gran paso para la clasificación.

No se abría el arco, Ecuador planteó un partido duro y sólo un mísil de esos que nos tenía acostumbrados Ewin Sánchez, podía cambiar el rumbo. Lo intentó, y Jacinto Espinoza, desgarbado como era, voló en el Siles, manoteó la pelota y otra vez la sensacuón de que se había cerrado el arco, pero apareció como un cóndor sobrevolando bajo en el altiplano, Wlliam Ramallo decidió ir a buscar ese rebote con la esperanza de todos los bolivianos, rebotó en el travesaño y nuestro goleado la empujó de cabeza, entre las piernas del imbatible Espinoza, una vez más el arco norte vio primero ese gol, como en toda la Eliminatoria hasta aquí.

Luego fue todo sufrir, no pudimos volver a festejar, y el propio Trucco salvó un mano a mano con Aguinaga que nos puso los nervios de punta.

Finalmente ganamos, Bolivia seguía siendo líder y ya el mundo hablaba de una Selección decidida a hacer historia, le quedaba sólo un partido más en casa para cerrar un mes inolvidable, el dulce mes de agosto de 1993.

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