En la adversidad el equipo encontró las soluciones

Analizamos el partido, los momentos buenos. Los momentos malos, hubo una hora en que Bolivia tuvo todo para generar fútbol y no pudo, ¿por qué mejoró Bolivia desde que tuvo uno menos?
Foto: Marka Registrada
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Bolivia salió al campo de juego con una idea clara, el 4-2-3-1 jugando en La Paz está consolidado, en realidad jugando en todas las canchas, salvo en Venezuela, esa ha sido la idea de Ángel Guillermo Hoyos en todos los partidos. Es que según sus propias palabras, la filosofía de su equipo “no es adaptable a rivales o circunstancias, el objetivo es que el estilo prevalezca”, y en esa búsqueda estamos.

Parte del estilo que pretende, el DT tiene algunas apuestas claras. Tener dos volantes de marca, uno con más vocación defensiva que otro, o tener dos extremos con el pie cambiado, un derecho por izquierda y un zurdo por derecha, son algunas de las ideas fijas que venimos viendo en estos seis partidos que dirigió el argentino.

Ante Paraguay no ha sido la excepción, los Guaraníes le entregaron la pelota a Bolivia, y el problema estuvo que en una hora de partido no pudimos administrarla para que nos de réditos. Es más cuando Juan Manuel Iturbe, jugador de la Roma, se encontró que en velocidad era muy superior a los nuestros, tuvo que aparecer la gran figura de Daniel Vaca para que La Verde no esté en desventaja.

Foto: Marka Registrada
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Ángel Guillemro Hoyos también notó eso, y tomó dos decisiones, la primera el ingreso de Walter Veizaga en lugar del lesionado Alejandro Chumacero, algo que terminó siendo positivo en el tiempo, no en el momento. Y rotar a Raldes y Valverde de posiciones, algo que no fue solución, porque a Gabriel tampoco le dio el cuerpo para frenar a Iturbe. Es más le duró 14 minutos en el complemento, se fue expulsado por doble amarilla. Pero ese minuto 60 cambió el partido para siempre.

La roja al zaguero hizo que Bolivia se afiance en el fondo, Raldes, Flores, Marvin, hicieron una línea de tres estable, sólida, con un líbero que no quedó expuesto a la falta de velocidad, e incluso los hermanos Romero que ya estaban en cancha, no desestabilizaron el fondo. Veizaga ocupó el lugar que está acostumbrado, jugó de volante de contención, y la Selección se ordenó mejor. Ingresó Duk y pasamos a tener dos puntas de verdad, algo que no había pasado antes en la era Hoyos.

Sobre todo, el equipo ganó confianza con la nueva estructura defensiva planteada por Hoyos, ganó carácter en la adversidad y encontró un gol con mucho corazón. Corajeada de Flores, recuperó una pelota y salió al frente, encontró a Arce, que encaró, levantó la cabeza y lo vio a Martins que definió, apretado, mordido, fue gol, o fue en contra. Cuenta como gol boliviano. Se ganó así, con corazón, y el partido conspiró a que el equipo se ordene con uno menos, en la adversidad, eso se destaca, pero hay mucho por reflexionar.

“Cada movimiento es táctico, cómo te paras, cómo caminas, cómo corres. Todo eso es parte de la táctica”, son palabras del entrenador boliviano, y son varias cosas que debemos trabajar, no sólo en la Selección, ¡en los clubes!, se debe mejorar físicamente a los nuestros para que no sean sobre pasados con tanta facilidad en velocidad. Se debe seleccionar a los que mejor pueden rendir a la hora de armar las listas y las planillas en los partidos, leer los momentos de los jugadores, también son parte de la táctica.

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