La crónica de una eliminación anunciada

Hay un equipo cruceño que creyó que viniendo a vivir un mes a La Paz era suficiente para jugar bien.
Foto: Agencia Marka Registrada
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Hay un equipo cruceño que creyó que viniendo a vivir un mes a La Paz era suficiente para jugar bien. Hablamos de Oriente Petrolero, el equipo que dirige Néstor Clausen y que apostó fuertemente a una aclimatación que le diera un resultado diferente al de los últimos años.

Eso no pasó, la planificación fue errada, quisieron emular el movimiento del equipo paceño yendo a Santa Cruz un día antes y viviendo en La Paz y, ¡fueron visitantes en ambos partidos! No respondieron físicamente al calor de Santa Cruz, tampoco a la exigencia de un partido de alto nivel en La Paz.

Es que en el plan de acción del equipo Refinero olvidaron que se necesita un para de cosas más que aclimatarse a un habitad distinto: Un equipo bien conformado, un entrenador que maneje bien el vestuario, entre otras. A Clausen se le fue todo de las manos hace rato, desde aquel día que abandonó a su equipo en pleno partido, hasta el momento que se estrelló con su propia gente. Se olvidó de buscar una idea de juego y a su plantel nunca le nació la ambición deportiva.

Foto: Agencia Marka Registrada

Oriente -uno de los más afanados en impedir el gol diferencia en el torneo- quedó eliminado con un contundente 5-1 global, sin ganar, en ninguno de los dos partidos.

Y la idea de su técnico, que respirar aire paceño por tres semanas lo iba a clasificar, se le cayó a pedazos, la altura no juega y nunca jugó sola. Ni sus hinchas confiaron en él, con una bandera le respondieron a sus insultos.

Es que este Oriente nunca planificó el año, ¿recuerdan como empezó todo? una clasificación casi casual en la Libertadores en Lima hizo que todo fuera un espejismo. En ese momento lo dijimos, todo lo que es obra de la casualidad -y no del trabajo- termina como tiene que terminar, como Oriente en este primer semestre.

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