Las consecuencias de la goleada

Las variantes que hizo al final del partido dejaron satisfecho a Arias.
Foto: Agencia Marka Registrada
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En la goleada de Bolívar a Destroyers por 5 tantos contra 1, Alfredo Arias aprovechó para probar jugadores en ciertas posiciones manteniendo el esquema incial. Con la entrada de Bejarano y el juvenil Cárdenas, Saavedra pasó a jugar como un volante mixto, retrasando a Justiniano a la contención y a Pedraza como acompañante de Raldes. Pese a las variantes ninguno defraudó, al contrario fueron productivos.

De esas cambios surgió el quinto tanto, pues Bejarano quitó el balón, le pasó a Saavedra, se la dejó al Matraca, este la devolvió a Bejarano que con la marca que arrastró Cárdenas tuvo el tiempo necesario para mandar un centro preciso a la cabeza de Ferreira. El uruguayo también mandó a Arce por la izquierda y al juvenil por la derecha en el sector ofensivo.

Con un onceno parecido al que terminó el encuentro puede que lo utilice para partidos de visitante, ya que Gutierrez le da más marca por la izquierda, al igual que Bejarano que incluso se proyecta. Entonces Saavedra pasa al medio campo con Justiniano como volante de marca y los típicos jugadores que generan peligro. El jueves que viene ante Guabirá en Montero el estratega uruguayo ya tendrá la primera prueba.

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El Santo anuló las ideas al Refinero

El resultado en blanco del partido disputado en Santa Cruz entre Refinero y Santo, es un fiel reflejo de lo que fue el partido, que tuvo muchos errores en ambos equipos y pocos aciertos de parte de los protagonistas. Para Oriente el primer tiempo pudo ser lapidario, a pesar que de movida tuvo las opcions más claras, fue dejando que el rival avance, y el equipo Santo estrelló un pelota en el travesaño. La respuesta del Refinero fue igual, con una jugada de pelota parada, Meleán la cazó de aire con una pirueta y estrelló la pelota en el otro parante. Quizás esas jugadas fueron las que pudieron cambiar el rumbo del partido, porque luego las emociones fueron bajando de intensidad. En el segundo tiempo el equipo orureño se dedicó a cuidar más los espacios y las líneas, renunció al ataque, se quedó con diez por la expulsión de Juárez y a Oriente se le fueron esfumando las ideas, ni el ingreso de más delanteros ayudó a romper el cerco y la seguridad que puso Roble a su arco.