Mosquera opta por el hermetismo y el misterio

El equipo Rojo llegó a Buenos Aires rodeado de su gente.
Foto: Roberto Acosta – Late!
Foto: Roberto Acosta – Late!

BUENOS AIRES. El equipo Rojo llegó a Buenos Aires rodeado de su gente, desde que embarcó en Santa Cruz hasta que llegó al hotel de concentración en la capital porteña, no hubo un solo jugador, miembro del cuerpo técnico o dirigente, que le niegue una foto o una nota a alguien.

Rodeados de ese color rojo y abrazados por su gente llegaron a Buenos Aires, sin embargo una vez en territorio argentino y a pedido de Roberto Mosquera, con el aval de Grover Vargas, presidente del Club, la decisión ha sido eliminar el contacto, sobre todo visual del equipo con los medios y esconder los centros de entrenamiento definidos.

El plan contemplaba una práctica liviana este martes, misma que no se llevó a cabo, Mosquera decidió darles descanso a los jugadores, más aún luego de la demora en el viaje de Santa Cruz a Buenos Aires. Pero este miércoles si habrá una sesión. El un lugar y la hora se guardan bajo siete llaves.

No será en el Monumental -que si lo pisarán por la noche- ahí, recién retomarán el contacto con la prensa argentina y boliviana. La medida de entrenar a puertas cerradas no es algo extraño, menos en Mosquera, pero el ocultar la información no deja de ser llamativo, aunque para el día a día del Rojo, ya es más habitual desde que asumió el peruano.

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