Un tímido, lento e inocente Bolívar cayó en el Siles

Palmeiras no fue una luminaria ni mucho menos, ganó y ganó bien, aprovechó cada error Celeste.
Foto: Conmebol

Palmeiras no fue una luminaria ni mucho menos, ganó y ganó bien, casi sin despeinarse, es que a Bolívar le activaron el chip de la memoria futbolística a los 60 minutos del partido, una antes, estuvo tan aletargado, que no había pateado al arco ni una sola vez, y para colmo ya perdía por dos goles.

Dos goles que fueron fruto de groseros errores propios. El primero un penal tan inocente, como innecesario. Rony de espaldas al arco y encerrado en línea de fondo iba en dirección contraria a la portería, pero Adrián Jusino, torpe e inocente lo trabó y derribó, la falta fue clara, ahí comenzó el desastre, porque más allá de la lentitud Celeste, Palmeiras no había hecho grandes méritos para irse en ventaja al descanso, sin embargo lo hizo por el gol de penal de William.

En el complemento, Bolívar intentó cambiar el plan, ya sin Roberto Fernandez y con Victor Abrego, el ritmo fue otro, pero seguía teniendo un gran problema. Bolívar era tímido, se limitó a buscar la cabeza de Riquelme toda la noche, no había, ni siquiera, la intención de medir el arco de media o larga distancia, el ritmo era cansino, lento, a pedir de boca del Palmeiras, que para colmo encontró en el zapatazo de Menino, el dos a cero y casi que no había corrido el Verdao en el Siles.

La falta de fútbol en la Academia fue notoria, le tomó más de una hora a Bolívar el poder hilar conexiones de fútbol, pases, paredes, todas eran imprecisiones hasta ese momento. Con Alvaro Rey y Abrego en cancha, al fin logró profundidad, pero era tarde, Riquelme cazó uno de los centros y generó un tiro de esquina, que derivó en el descuento, también de Riquelme que pilló la pelota suelta en el área de cabeza. Ahí Luxemburgo se dio cuenta que Bolívar encontró ese aire que le faltó todo el partido, llenó su defensa de gente y selló el resultado, porque a la Academia no le alcanzó ni para salvar ese invicto ante equipos brasileños, se le fueron tres puntos y ahora se juega todas sus chances en el Coliseo de Victoria el martes, con un rival en las mismas condiciones, sin competencia y sin ritmo, pero Bolívar deberá sumar, al menos, caracter para desequilibrar la historia.

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