Fue la primera vez que Bolívar jugó de local desde aquel 21 de diciembre de 2014, en el que se coronó por décimo novena vez, como campeón boliviano.
Por eso la fiesta tuvo a los niños de las escuelas, máquinas de papel picado, poleras alusivas, y la Copa en las manos del capitán.
Todo fue armado con antelación, los niños dieron la bienvenida al primer equipo, y al ritmo del grito de “Bolívar, Bolívar…” los propios niños dieron la mano a sus ídolos, la gente extendió banderas gigantes en la recta de general y los jugadores luciendo camisetas con el número 19 en el pecho, entregaron la Copa a su gente para iniciar la fiesta.
El festejo, fue sobrio y emotivo, sobre todo por la emoción de los niños de las escuelas más pequeños, que comenzaron a corear el nombre de sus jugadores y su equipo.
