Hasta hace poco era la mejor raquetbolista boliviana, pero ella decidió por una serie circunstancias jugar por Argentina, ahora ya naturalizada, pelea cabeza a cabeza con Paola Longoria en las finales profesionales. Ambas son las dos mejores raquetbolistas del mundo.
María José sigue siendo boliviana, casada hace poco con un empresario cruceño, sigue su sueño, ella quiere ser la mejor y está en camino, con el apoyo del deporte argentino, logró el apoyo para convertirse en una profesional de esta disciplina, que en Bolivia no fue posible y que por ahora es inviable para todos.
El Enard -centro especializado de apoyo a deportistas argentinos- le ofreció el apoyo que necesitaba y Vargas fijó su domicilio en Buenos Aires desde hace tres años. El rédito para Argentina fue inmediato. La Argentina sólo había ganado una medalla de bronce en Santo Domingo 2003. Ahora, gracias a Vargas, se llevó dos de plata en Toronto.
Su nivel, su belleza, su carisma, su capacidad de ponerse de tú a tú con Longoria, hacen que la cruceña esté en los diarios argentinos, y que ahora pase a ser la gran sensación de los Panamericanos en el Río de la Plata.
