Mientras el mundo futbolístico espera unidad para encontrar soluciones a la crítica situación que vive este popular deporte, dirigentes agrupados en la Liga Profesional marcaron una división mayor aún a la que existía al cierre del año pasado.
La reciente reunión puso de manifiesto que existe una marcada diferencia de propósito y objetivos y que las mutuas acusaciones seguirán a la orden del día.
Cinco equipo disidentes como son Bolivar, Aurora, Wilsterman, Oriente Petrolero y Universitario dejaron sin cuorum al consejo superior, restando apoyo al dirigente potosino Jorge Decormis que aparentemente tenía el respaldo de las otras siete entidades profesionales.
Los primeros comentaron entre bambalinas, que se trataba de un candidato que quiso imponer la Federación de Fútbol, que según esa misma versión originó la renuncia de Mauricio Méndez, con un trabajo poco claro que acabó por restarle apoyo a través de los que actualmente buscan en Decormis una continuidad de la influencia de Carlos Chávez.
Este a su vez habla de cambios que él puede originar, pese a que ese respaldo de mandato solo lo habilitaba para concluir la gestión que tiene el mes de septiembre como límite final.
Lo real es que la división es mayor que antes y no se vislumbra luz al final del túnel. Esto significa que esperar soluciones a corto e incluso a mediano plazo parece estar descartado al no haber un candidato de consenso que pueda lograr que los “discordes en concordia” refunden una Liga con visos de paz y armonía que creo, es la única forma en que puedan elaborar planes de cambios sustanciales que precisa el fútbol en general y fundamentalmente el rentado.
A corto plazo el interino titular Liguero, Arnulfo Cabrera debe convocar a una nueva reunión con propósitos parecidos al de hace 48 horas, pero antes será necesario hayan charlas preliminares de algunos acuerdos, porque de lo contrario el resultado será el mismo y probablemente con consecuencias más perjudiciales aún.
