ARGENTINA 3 – NIGERIA 2: Messiento nuevecito

Había un cajón lleno de dudas que había dejado Argentina producto de su desempeño contra Irán.

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Había un cajón lleno de dudas que había dejado Argentina producto de su desempeño contra Irán. Las imprecisiones, los baches en los que caía el equipo a ratos, la falta de ideas que a ratos bajaba el ritmo del partido a niveles desesperantes. Pero de entrada nomás, una atropellada del tridente ofensivo con remate del fideo Di María que rebota en la espalda de Enyeama, el poste y Messi cómo no, apareciendo como 9 –falso nueve, ¿ha oído hablar de él?– y de un balazo la hunde en la red. Y antes de que la gente tome aire, Ahmed Musa le gana la espalda a la defensa albiceleste, como lo hizo toda la tarde y anota el empate. En 4 minutos el ritmo del partido estaba planteado: esto estaba para no perdérselo. Nigeria no sabía lo que pasaba entre Bosnia-Herzegovina e Irán y por ello dependía de ella misma. Argentina desplegó al mejor Messi que hasta ahora se vio en mundiales y a un Di María que no tuvo fortuna en las redes, pero que se encargó de llevar peligro todo el tiempo a la defensa nigeriana.

Ambos equipos estaban en deuda con sus aficiones y con el fútbol. Exactamente 20 años atrás, en Boston, EE.UU., Argentina perdía por doping a Diego Maradona después de un partido contra este mismo rival y desde entonces la historia los había vuelto a enfrentar en distintas competiciones y categorías (Juegos Olímpicos, mundiales juveniles) casi hasta volver este enfrentamiento en un clásico. Mucho se esperaba de ellos y mucho fue lo que dieron: el ritmo se hizo dinámico y de ida y vuelta, con Mascherano recuperando y siendo la primera pieza de la generación de juego ofensivo argentino. En Nigeria, Oshaniwa y Onazi traían locos a los argentinos y Ambrose se desplegaba voluntariosamente para evitar que Higuaín o Lavezzi (que entró por Agüero) se luzcan. Enyeama le cortaba la inspiración a Messi pero le tiraba buena onda, todo muy fair play. Igual la Pulga le puso una pelota imposible en el 1T para el segundo gol, una obra de arte.

Mejoró la actitud y mejoraron técnicamente ambos rivales. Argentina tuvo al fin 79% de pases completados contra un 71% de Nigeria y la posesión quedó en 57-43, haciendo notoria la mejoría africana en el 2T, respaldada también por la salida de Messi por Ricky Álvarez, que no lo hizo nada mal y terminó llevando riesgo en un par de ocasiones. Pero el hombre del partido, el aplaudido a la salida, fue Lio Messi, que se unió a los cantitos de la tribuna: “Decime qué se siente…”. Ahora sí, parece que el Mundial comenzó para Argentina.

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