Foto: El Chaqueño – Late!
Después de la séptima fecha, Oriente Petrolero afrontaba una difícil realidad. Con tan sólo ocho puntos, y después de una estrepitosa caída en La Paz, la dirigencia tomó la decisión de prescindir de los servicios de Tito Pompei como director técnico.
A partir de ahí, la historia cambiaría radicalmente. Xabier Azkargorta fue el elegido para tomar las riendas del equipo y, en su primer partido, el equipo refinero goleó a Nacional por seis a uno, mostrando una gran producción futbolística.
Su segundo desafío fue nada más y nada menos que en el clásico cruceño, cuando Thiago dos Santos sentenció el empate con un gol agónico, pasados los nueve minutos de adición. En aquella ocasión, el brasilero había ingresado desde el banco de los suplentes, faltando poco para el final.
Dos semanas después, en su tercer partido, el Bigotón consiguió el primer triunfo de visitante para Oriente en lo que va del campeonato, en casa de Petrolero.
Una vez más, la mano del técnico fue fundamental para el desenlace final del encuentro. Tal como había hecho contra Blooming, acertó plenamente en los cambios. Mandó al terreno de juego a Saucedo y Almirón, que terminaron dándole el triunfo a su equipo.
Después de estos tres partidos, el panorama cambio totalmente para los refineros. De la mano de Azkargorta, pasaron de la octava, a la cuarta posición –compartida con Bolívar, con un partido menos- y, lo más importante, recuperaron la mentalidad ganadora.
