El retorno de Chumacero a The Strongest puede acontecer, claro, pero esa posibilidad no depende única y exclusivamente de la buena voluntad de los dirigentes bolivianos y brasileños.
La trama pasa por los sentimientos y los intereses económicos del jugador .
Me refiero a que si “el amor de Chumacero por el Tigre” es tanta, que lo lleve a renunciar a un sueldo mensual de 18 mil dólares (aproximadamente) que, por contrato, Sport tiene obligación de pagarle y puntualmente. Aunque no juegue.
Si The Strongest realmente desea repatriar al jugador aún siendo a préstamo, tendría que asumir el pago del sueldo mensual, a no ser que Sport acepte arcar con la mitad de la obligación, práctica común hoy en Brasil.
No sé cuanto Chumacero ganaba en el Tigre antes de partir, pero dudo que alcance siquiera al 30% de su sueldo actual.
Las dificultades aumentan si tomamos en cuenta el hecho, público y notorio, que The Strongest está en serísimas dificultades financieras.
