La reciente visita de dos periodistas vinculados a medios televisivos argentinos como son Diego La Torre y Maxi Palma, ha servido para confirmar como nos ven desde el exterior.
No es sorpresa lo que comentaron en varias entrevistas en las que participaron. No dijeron nada nuevo para los medios nacionales, pero sus declaraciones tienen indiscutible valor porque confirman el pregón que hace mucho tiempo está en el comentario permanente de los comunicadores bolivianos.
Los dirigentes preocupados fundamentalmente en mantenerse vigentes, han olvidado las inferiores o canteras que es la siembra necesaria para hacer planes con sentido futurista.
También comparten que sobrevaluar al futbolista profesional no es suficiente como inyección que genere un verdadero incentivo para fomentar en la juventud la práctica deportiva. Mucho más en el caso nuestro porque esa sobre valoración está dirigida fundamentalmente al jugador foráneo
Lo que nuestro deporte necesita es el respaldo al futbolista en formación dotándole –entre otras cosas—de la infraestructura necesaria, un trabajo logístico que se interese en el ser humano, alimentación adecuada, presencia de psicólogos que estén junto a ellos en las etapas de transición que aún para los padres es complicada y fundamentalmente competencia permanente en torneos paralelos durante todo el año.
No solo nuestros recientes visitantes sino todos los periodistas que llegaron a lo largo de la pasada eliminatoria, quedaron sorprendidos al enterarse que en Bolivia hace mucho tiempo no tenemos competencias en inferiores y lógicamente coincidieron con nosotros, que ese es el motivo central para el atraso en que nos debatimos. Lo penoso es que los únicos que no se dan por enterados son los dirigentes en cuyas decisiones está —lamentablemente—la búsqueda de soluciones.
