Como jugador ganó todo en el fútbol boliviano con el Tigre, fue ídolo, capitán, goleador, incluso alguna vez hizo las veces de delegado evitando un mal cambio por el cupo de extranjeros, a Pablo la historia del club The Strongest lo recuerda como su gran líder del Tricampeonato, de aquella final del 24 de diciembre, pero no hubo tiempo de cambiar el chip, del Pablo capitán al Escobar entrenador sólo hubo una vacación de verano.
Así asumió el mando, sin tiempo de nostalgia por su retiro, y en su primera campaña terminó segundo con 52 puntos, un campañón, que le hubiera alcanzado para ser campeón en cualquier otro campeonato, sin embargo en ese torneo quedó segundo, y comenzó a cargar una cruz, cada partido era un examen.
En este campeonato logró ocho puntos de quince posibles, pero la nueva directiva a cargo de Inés Quispe, esposa de César Salinas tomó una decisión hace algunas semanas, esperaban el momento, y fue el menos pensado, luego de ganar uno de los partidos más duros ante Nacional, cuando parecía que le devolvía la mística de la garra del Tigre en La Paz a su equipo, le comunicaron a Escobar que dejaba de ser técnico a través de una nota, nadie le dio la cara, y así se terminó el ciclo del último gran ídolo del fútbol boliviano.