Así terminó Luis Suárez el partido más importante de su vida, con lágrimas en los ojos, con una rodilla “echa una bola” y con el corazón a 100 mil pulsaciones y un gracias a Walter.
Un crack, la rompió en su debut mundialista, hizo los dos goles de su equipo y le dio tres puntos de oro a su selección, y en cada gol abrazó a un señor, Walter Ferreyra, el kinesiólogo de la selección uruguaya y de Nacional de ese país, querido por todos los integrantes de la celeste.
“Walter hace mucho que está en la selección es un gran dedicado a la selección, y cuando tomaron la decisión de operarlo, él asumió el reto de recuperarlo y despertó a la bestia” dijo emocionado a los micrófonos de Late! Fernando Muslera, esa era la explicación de cada abrazo de Lucho Suárez en el banco de los suplentes.
El goleador en tanto, salió del vestuario a la zona mixta asediado por los medios de todo el mundo, hablando en español, en inglés, accedió al diálogo:
“Cabeceé el primero tras un grandísimo pase de Edi y en el segundo lo único que tenía que hacer era pegarle con 3 millones de ganas”.
En la interna del grupo y en el vesturario integrantes de la delegación uruguaya contaron, el llanto de Suárez, la emoción del grupo, el mismo delantero se animó a hacerlo público en sus cuentas sociales.
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