Luego de dos años de obras de remodelación, el Estadio Mineirao es actualmente uno de los más preciados templos mundialistas y que recibirá a una de las dos semifinales en Brasil.
Su transformación en un inmueble moderno, seguro y sustentable, con capacidad para recibir a más de 60 mil aficionados, refleja el esfuerzo y la eficiencia de un país que busca superarse y hacer realidad el sueño de levantar por sexta ocasión la corona de Campeón del orbe.
La casa de dos de los más importantes clubes brasileños, Cruzeiro y Atlético Mineiro, llevó el nombre de Estadio Governador Magalhães Pinto desde su inauguración en 1965, hasta antes de su completa renovación a fondo, aunque su exterior se mantiene aún como en sus inicios.
Alrededor de tres mil trabajadores participaron para darle vida al flamante recinto que cuenta, entre varias facilidades, con 106 torniquetes electrónicos, dos pantallas de 98 metros cuadrados, 350 cámaras de alta definición y 90 palcos para el público.
Pero en un hecho aún más insólito el Mineirao será el primer estadio de un Mundial, que cuente con una planta solar en funcionamiento, sobre un techo levemente inclinado. Son seis mil los páneles solares que permiten abastecer gran parte de la electricidad utilizada en el estadio.
La modernización incluyó también uno de los proyectos más ambiciosos de sustentabilidad: el contar con una capacidad de almacenamiento superior a los 6 millones de litros de agua de lluvia para su reutilización.
La presidenta Dilma Rousseff reinauguró el Mineirao en diciembre de 2012 y en el acto la mandataria se animó a cantar una estrofa del cántico popular: ‘El Mineirao ha vuelto’. Este fue el segundo escenario listo para el evento.
