James Rodríguez es dueño de las canchas sintéticas Top-10 que ahora su tía Patricia administra en la vieja Ibagué.
La sede parece un verdadero museo por la cantidad de camisetas exhibidas. Una colección de los recuerdos, anécdotas y grandes momentos de la carrera de James.
No falta la de Cristiano Ronaldo, un obsequio de su ídolo y con el que a partir de ahora compartirá cancha. Más allá se ve la de Isco, por aquel partido de octavos de Champions en el que el malagueño lo levantó del sueño con derechazos. Recuerdos del Mundial como el que se llevó de su duelo con Yaya Touré. También las de sus compañeros como Jackson Martínez, Cuadrado, Santiago Arias, Álvaro Pereira o Falcao.
Pero la verdadera joya es la camiseta que se intercambió con David Luiz tras el encuentro de cuartos del Mundial. Aquella que usó como paño para limpiarse las lágrimas. Y en aquel momento en el que el zaguero se rindió a su talento señalándole como mejor del Mundial ante todo el público brasileño.
En una repisa se pueden ver dos pares de guayos usados y desgastados. Unos están marcados con su nombre y otros con los de su hija Salomé. Y al lado, se pueden ver los guantes firmados de David Ospina, compañero en la Selección y cuñado en la vida real.
El sitio es frecuentado solo por el hecho de ser de James. Tanto es así, que en un momento de la visita guiada por la tía Patricia, llaman preguntando si se encuentra el ’10’ del Madrid. Antes, pasaba más tiempo allí. Incluso, se le podía ver jugar partidos contra los amigos de Gilberto Alcatraz García, exvolante del Valladolid y gran amigo de James.
Fuente: JUAN DIEGO RAMÍREZ / Marca.com
