
Dos promesas antes del título, quedarse a vivir en Wilster hasta el final de su carrera y un tatuaje del escudo Aviador. Así llegó Cristian Chávez a la definición del torneo y se fue con una nueva Copa.
“Muchas cosas en contra, peleamos, pero nosotros confíabamos que íbamos a ser campeones. Después de ganar en Potosí, sabíamos que no se nos iba a escapar como grupo”, dijo Chávez en el Félix Capriles.
Le dedicó el triunfo y el título a su familia y reafirmó su postura de quedarse en el Club hasta su retiro. Chávez jugó 26 de los 28 partidos del torneo Clausura, anotó cinco goles, y levantó su segundo título en Bolivia.