Ahí va, una vez más. No baja los brazos. Claro, no tiene por qué hacerlo. Aún le queda mucho camino por recorrer y, por supuesto, miles de ilusiones por cumplir. La boliviana María Fernández Álvarez Terán, la mejor jugadora de tenis en la historia de su país, sigue prendida por el nuevo-viejo desafío de hacer algo ruido en el circuito. De aquel 15ª en juniors y con sinfonía ascendente hasta el top 200 que supo frenarse en 2009 a este presente en el 297ª del mundo pasó mucha agua bajo el río. Vayamos por partes.
Con apenas 14 años debutó en la Copa Fed (jugó 24 series entre 2003-2005, 2007 y 2010-2011) para su país, en una relación tirante que la lleva a decir sin muchos tapujos que nunca recibió ayuda desde esas latitudes; pocos meses después se mudó a la Argentina y tuvo una evolución que la llevó a tener un muy buen momento en juniors, con título en la Copa Milo en Chile y final en el Banana Bowl de Brasil, entre otros. Y en el momento de su despegue, en 2009, una enfermedad viral le puso un stop.
“Son cosas que pasan. Por distintas circunstancias no pude seguir con el ritmo que traía. Tuve hasta varicela en ese año”, le explicó Álvarez Terán a ESPNtenis.com, con relación al año en el que alcanzó el 187ª de la WTA, su mejor posición en el ranking. “No sé si hay que pensar tanto en aprovechar los momentos o sólo seguir trabajando para intentar mejorar. La idea, obviamente, no era quedarme en ese ranking; era seguir subiendo. Sigo con ese pensamiento y creo que es posible”, agregó.
– Más allá de los contratiempos, ¿crees que te faltó algo puntual para dar el salto hacia profesionales?
– Creo que la mentalidad de las chicas sudamericanas es un poco distinta al resto del mundo, sobre todo de las europeas. Nos cuesta más llegar. Nos es difícil madurar y poder jugar sin pensar en tantas cosas. Por ejemplo, ahora, con 24 años, me siento mucho mejor que cuando tenía mi mejor ranking.
– ¿Y qué balance de estos meses?
– Los torneos a principio de año son duros y no me fue tan bien en singles (NdR: hizo tres cuartos de final en 13 torneos ITF), pero en dobles sí. Y creo que eso es positivo porque me ayuda a mejorar cosas en mi juego.
– ¿Vas a priorizar alguno de los dos?
– La idea es ganar lo más que se pueda, tanto en individuales como en pareja. Todos los partidos son importantes cuando estás en mi posición, así que la idea es ir juntos hasta que se pueda.
– En tu país te marcaban y te marcan como la mejor jugadora de la historia, ¿eso te pudo haber jugado como una presión?
– No pensé ni pienso en eso, porque la verdad es que nunca me trataron como la mejor. A lo que voy es que nunca recibí ayuda de mi país; entonces no me genera ninguna presión, salvo la que me pongo yo misma. En definitiva, es sólo algo que dicen los números. Todo lo que pude y puedo hacer es gracias al apoyo de mi familia.
Ese mal pasar de 2009, no obstante, no fue la única piedra en el zapato en el camino de Nanda. Dos años después, llena de ilusión, estaba lista para afrontar los Juegos Panamericanos de Guadalajara. Pero algunos problemas físicos complicaron la recta final de su preparación. Saliendo como sexta favorita, Álvarez Terán no pudo ir más allá de la segunda ronda en singles y de los cuartos de final en dobles.
– ¿Cómo viviste ese momento?
– Me lesioné en un hombro y fui a jugar sin tocar una raqueta por cuatro semanas. Ya de por sí, incluso bien entrenada, iba a ser muy difícil por la altura; obviamente fue mucho peor ir sin entrenarme. De todas maneras fue una linda experiencia aunque me hubiese gustado llegar mejor. Después de esa semana no pude estar sin dolor por mucho tiempo. Y cuando volví a jugar también lo hice con molestias. Estaba teniendo mi año más regular. Me sentía muy bien de tenis e iba por buen camino. No tenía puntos para defender hasta marzo, pero pasó lo del hombro y fue algo triste.
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María Fernanda Álvarez Terán llegó con problemas físicos a los Juegos Panamericanos 2011
En el 2011 que cerró con una serie de derrotas, cabe destacar, también hubo momentos de alegrías. Se dio un partido que de ninguna manera puede ser pasado por alto. En México se topó con la francesa Kristina Mladenovic, hoy 39° del mundo, y María Fernanda la sacó en sets corridos. “Tuve varias victorias en mi carrera que ahora veo y me hacen pensar que yo también debería estar jugando los torneos grandes. Eso, por supuesto, es una motivación. Creo en mi nivel”, recuerda y se esperanza la boliviana, que recién el año pasado probó suerte en las canchas europeas.
En conjunto con esas primeras armas en Italia, Suecia y Holanda, Álvarez Terán, se podría decir, está experimentando una nueva etapa en su carrera. Desde hace unos meses, desde diciembre exactamente, se entrena en Boca Ratón, en Florida, bajo las órdenes de su hermana, quien fue la que le inculcó el amor a la raqueta, y el esposo.
“Es un buen lugar porque hay muchas chicas para jugar partidos. No es sencillo porque estaba acostumbrada a otro tipo de entrenamiento. Es un cambio que creo que va a ser positivo cuando termine de acostumbrarme”, remarca quien en sus primeros años era seguidora del tenis de Mary Joe Fernández y luego, con más inviernos encima, tomó como espejos a las belgas Justine Henin y Kim Clijsters.
Así, en el presente, con cuartos de final en tres ITF en 2013 (Landisville 10k, Caracas 25k e Irapuato 25k) y con cuatro títulos en dobles (18 en total), tiene una ilusión bien grande para este año. Unas buenas semanas que le permitan escalar algunas posiciones y volver a un torneo que le quita el sueño: el US Open. “Es la fantasía de todo tenista. Jugar un torneo así de grande, aunque sea en la qualy, es una oportunidad única. Un regalo de Dios”, se explaye la boliviana, que supo jugar la clasificación del Abierto de Estados Unidos en 2009, 2010 y 2011.
Una ilusión, un objetivo, metas por cumplir o cualquier otro punto fijo en el horizonte. Todo vale para reencausar una carrera y volver a ser. “Creo en mi tenis”, repite Álvarez Terán. Ella lo tiene claro. Va por todo.
Fuente: ESPN
