Justiniano jugó con el corazón en la mano

Fue el mejor del partido, anotó dos goles a puro corazón, lloró en cada anotación, conmovio a todos al final del partido cuando se le cortó la voz, fue el hombre clave del juego.
Foto: Agencia Marka Registrada
Foto: Agencia Marka Registrada

Fue el mejor del partido, anotó dos goles a puro corazón, lloró en cada anotación, conmovio a todos al final del partido cuando se le cortó la voz, fue el hombre clave del juego.

Leo Justiniano anotó por segunda vez en un clásico paceño -ante lo había hecho en el 1-1 del 24 de marzo de 2013- ahora lo hizo por duplicado, en la primera con una decisión absoluta para superar la débil resistencia de Daniel Vaca, y en el segundo en el momento más importante del juego, cuando Bolívar quedaba con diez por la expulsión de Arce.

Ambos goles fueron de zurda, con una muestra de categoría desparramando defensores primero, y perfilándose con la pierna menos hábil después, zurdazos que salieron del alma del volante celeste, goles que terminaron en lágrimas de emoción por un momento personal delicado, el recuerdo de un ser querido que partió hace poco.

Pero Justi jugó así todo el partido, con el corazón en la mano, dando una cátedra de cómo se juega un Clásico, siendo un ejemplo de profesional y sobre todo aportando con lo que su equipo más necesitaba: ¡Goles!

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