Ruben Darío Insúa aún mira el debut de Copa Libertadores con su Bolívar y la imagen que dejó en el Cilindro, quiere cambiar la cara de su equipo en la Copa, sabe los motivos del por qué se dio un resultado como el que recibió ante Racing, sabe también de las limitantes de nuestro fútbol, pero dice saber cual es el camino para cambiar la historia.
En una charla relajada, esperando el avión que lo demoró para llegar a Tarija, el entrenador argentino le dijo a Late! que la palabra improvisación -muy usada por los medios- tras el debut copero, no está en su diccionario de trabajo y explicó las decisiones que tomó al momento de plantear el partido: “Se habló mucho del otro día puntualmente de Valverde, y yo digo que no fue improvisado, yo lo vi jugando en ese lugar en el segundo tiempo del clásico, venía en un gran nivel, y lo hizo muy bien. En el caso de Castro, si un club que tiene un cupo de extranjero completo y contrata a uno sólo para jugar la Copa, el sentido común dice que lo tengo que ver en el primer partido, no puedo esperar al último. La improvisación es la antítesis de lo que a mi me gusta, abrimos las puertas a la prensa para que vean como trabajamos y puedan juzgar nuestro trabajo diario”.
Abierto, sin secretos, como se le ha hecho costumbre confirmó el equipo que jugará en Tarija con Rudy y Arce como titular, además del regreso de Eguino y Fransisco Rodríguez al onceno, y contó que más allá de los nombres, de los esquemas que el plantea las claves para que la historia cambie están en implementar una cultura nueva en el futbolista boliviano: “Me apasiona el fútbol, veo mucho fútbol, me ha tocado enfrentar a Bolívar en instancias decisivas con Barcelona, con San Lorenzo, he visto muchas veces el comportamiento de los equipos bolivianos y vamos a trabajar para ir corrigiendo las carencias que observamos, todo esto se consigue con paciencia y con trabajo. Buscamos instalar una cultura del trabajo en Bolívar, es un Club de prestigio y organizado, con el tiempo se irá viendo esto en el rendimiento y los resultados que estamos realizando, pero no somos de improvisar”
Contó además que esos enfrentamientos con Bolívar como entrenador, más su experiencia como jugador y una fuente de información cercana con charlas cotidianas que tuvo en su momento con el Diablo Etcheverry, le han permitido hacerse un mapa exacto del fútbol boliviano: “Tuve la suerte de dirigir al que para mí es el mejor futbolista boliviano de la historia, como es Marco Etcheverry, y hablaba mucho con él, me contaba cosas, tengo un buen caudal informativo, hay que trabajar mucho, en la parte física, táctica, en la estratégica, y mentalmente hay que predisponer al equipo para que juegue de local y de visitante de la misma manera, es el camino que tenemos que recorrer para que Bolívar tenga éxito”.
Finalmente, la pregunta fue, más allá de los esquemas, de los nombres, ¿qué equipo y qué formas son las que busca Insúa con Bolívar?, la respuesta se hizo corta, “me gustan los equipos que ganen casi todos los fines de semana”, nos dijo, las formas, idealmente son como el Barcelona o el Bayern, pero sabe que eso no es posible en el Mundo además de esos dos equipos, y entonces, la búsqueda de excelencia está en un trabajo constante y a largo plazo, sin dar límites de tiempo, el equipo sale de un día a día responsable y disciplinado, que es lo que pretende tener en la Academia, “el futbolista en Bolívar debe trabajar mucho y bien, irse cansado a casa para que coma algo y descanse, para que haga una vida disciplinada. No existen fórmulas, un mes, dos meses, no hay tiempos, un proceso serio se construye con el tiempo”
