El público del Félix Capriles vivió el partido entre Wilstermann y Palmeiras como una auténtica final, y los jugadores lo sintieron: la presión de la hinchada aviadora definitivamente fue un factor incidente en el desarrollo del partido.
Porque el clima dentro del principal escenario deportivo de Cochabamba fue muy especial. Y sobre el final del encuentro, durante los cinco minutos de adición, la tensión era palpable.
Por eso, cuando sonó el pitazo final del juez Lamoroux el estadio explotó, incluidos los protagonistas del juego; hubo abrazos, rezos e incluso lágrimas. Y no es para menos: el Rojo está a un paso de un nuevo logro importante en su extensa historia.
#Libertadores #Wilstermann | El emotivo festejo de los aviadores en el césped del Capriles, capturado por el lente de @MarkaRegistrad1 pic.twitter.com/LOqkXCfgrF
— Late (@latebol) 4 de mayo de 2017