La relación de Grondona y el veto a la altura

La historia completa, de Julio Grondona y su participación en el veto y la defensa de la altura.

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El 25 de julio de 1993, Bolivia le quitaba a Brasil el invicto de 40 años en Eliminatorias al Mundial. Ese resultado fue el principal fundamento para comenzar una guerra “anti altura”, el intentar vetar al Hernando Siles o a las ciudades más altas en el fútbol.

Joao Havelange (brasileño) era el presidente de FIFA en aquel entonces, y escuchó atentamente el pedido de Ricardo Texeira -su yerno- presidente de la Conferderación Brasileña de fútbol, respaldado por Julio Humberto Grondona -presidente de AFA- y el actual presidente de Conmebol, ese entonces presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol, Eugenio Figueredo.

Luego de una gran batalla con una comisión multidiciplinaria trabajando en Zurich, revirtieron a la decisión, se evitó la medida. El trabajo de esta comisión fue desarrollado muy de cerca con Julio Grondona, que a pesar de ser parte de la “gente que no quería jugar en La Paz”, negociaba con la comisión boliviana lo que fue la decisión final en 1996.

Años después el mismo Julio Grondona, dijo haber recibido el compromiso de la comisión boliviana en aquella negociación, de la construcción de un estadio a menos de 2700 metros sobre el nivel del mar en La Paz luego del Mundial de Francia 98. Algo que fue negado por José Saavedra Banzer y Carlos Mesa (parte de esa comisión), que pidieron pruebas al presidente de la Federación Argentina de aquella versión. Nunca llegaron las pruebas.

Según el propio Carlos Mesa, dijo que el único dirigente que fue siempre al frente fue Texeira, el resto tuvo dos caras. “Hay que reconocer que Teixeira fue el único de los presidentes de federaciones de América del Sur que nunca dio su brazo a torcer, por lo menos tuvo la claridad de enfrentarse siempre, jamás dijo una cosa en privado y otra en público, siempre estuvo en contra de La Paz; mientras que en el caso del presidente Grondona, tuvo un discurso para satisfacer al público boliviano o a las autoridades bolivianas, y otro real que era contrario a la ciudad de La Paz”.

El tema volvió a abrirse en 2007 en Zurich y la FIFA tuvo una disposición arbitraria, ya con Grondona como Vice Presidente del ente Mundial, una norma salió a la luz, sorpresivamente el 27 de mayo de 2007, los partidos se debían disputar sólo por debajo de los 2500 metros sobre el nivel del mar en todo el Mundo. Algo que en Sudamérica despertó la furia de varias Federaciones afectas, por eso luego FIFa, modificó la norma subiendo la cota a 3000 metros, dejando a Bolivia y Perú como únicos afectados.

Grondona había dicho públicamente que no toleraría que Perú decida jugar Eliminatorias en Cuzco ante la Argentina antes de esta norma, por lo que se sospecha que nació en Viamonte 1366 (oficinas de AFA) esta disposición, sin base científica y que Blatter -ya presidente de FIFA- dio luz verde sin análisis previo.

Por eso el respaldo sistemático de la AFA a la medida, venía en capsulas chicas, como la nota del doctor de la selección argentina, Raúl Madero, que publicó en la página oficial de la AFA. Madero indicó en la nota que defendía la medida de la FIFA para “cuidar la salud de los futbolistas”.

Con la norma aún vigente y con Evo Morales al mando de la defensa comenzaron las reuniones, con Carlos Chávez en la Federación, se pidieron audiencias en Conmebol, allá con Nicolás Leoz, Eugenio Figueredo y Julio Grondona, Bolivia logró convencer y lograr el respaldo de los “poderosos” de Conmebol. Grondona reunido con Evo Morales y Juan Ramón Quintana -Ministro de Presidencia- dijo apoyar la decisión de Bolivia de jugar en La Paz, pero no así la de Perú.

“Grondona mostró simpatía por nuestra defensa. Nos sugirió que hiciéramos una presentación en bloque (Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú). Pero se mostró preocupado por jugar en Cuzco. Es que antes Perú jugaba en Lima y ahora quiere hacerlo en Cuzco”, dijo Quintana.

Luego de varias reuniones desde Junio de 2007 hasta Enero de 2008, recién la Confederación toma la postura formal de rechazar la norma de FIFA y es precisamente Julio Grondona el encargado y enviado a Zurich para ir a desactivar la norma “bomba” que casi logra una profunda división y crisis en el Fútbol de Sudamérica. Como dice el diario La Voz del Sandinismo del Perú, “fue Grondona el mismo hombre en apagar el incendio que él mismo provocó”.

Hoy, con Grondona en el otro mundo, la Federación Boliviana de Fútbol quiere recordarlo como “uno de los principales hombres en el apoyo de la lucha contra la prohibición de jugar en ciudades altas”, pero esa sólo fue una parte, la parte final de la historia y en la que mucho tuvo que ver su faceta política -al involucrarse Evo Morales- y el interés de acercarse a la ola de Gobiernos Socialistas de Don Julio.

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