
Después de erigirse como la gran figura del empate de la Selección nacional en Santiago, Carlos Lampe no ocultó su felicidad en los vestuarios y dejó un mensaje para todos los bolivianos: “Esto es Bolivia, nadie nos va a pisar la cabeza”.
El arquero de Huachipato, que sacó varias pelotas de gol, aceptó los elogios con humildad, y no quiso restarles méritos a sus compañeros. “Los hicimos con mucha entrega, incluso pudimos haber ganado el partido. Mis compañeros dejaron todo, desde el primero hasta el último; los que no jugaron nos hicieron sentir su apoyo”, manifestó muy emocionado.
Incluso, confesó que, una vez terminado el partido, se largó a llorar. “Se me cayeron las lágrimas de alegría, estoy muy contento. Esto se lo merece todo el país. (…) Hoy la suerte estuvo de nuestro lado y logramos un punto importante. (…) Yo trabajé para esto, en mi club vengo preparándome muy bien”, expresó con un rostro de inmensa felicidad. Nació un nuevo referente.