Los penales salvaron la noche en Niznhy

Lo habitual hasta acá había sido tener estadios con la mayoría de hinchas de una de las dos selecciones.
Foto: FIFA.com
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NIZNHY NOVGOROD. Lo habitual hasta acá había sido tener estadios con la mayoría de hinchas de una de las dos selecciones, pero en el duelo entre Croacia y Dinamarca, no pasó eso, sucede que mucha gente compró su entrada acá para ver a Messi, en la media de los hinchas, la Argentina debió ser primera en su grupo, no Croacia, y cambió el mapa.

En la tribuna escuchabas a los argentinos alentando, saltando contra los ingleses, coreando contra Brasil, hasta que se les plantaron los rusos aún eufóricos por el triunfo ante España y demostraron ser un público neutro, pero la mayoría. Los croatas pocos a un lado, los daneses, otros pocos al otro lado, en la cancha un partido que prometió tanto en tan poco tiempo que nos ilusionó y decepcionó en sólo 45 minutos.

El gol más rápido del mundial (55 segundos) llegó en los pies de Jørgensen, y poco después llegó el empate Croata con Mandžukić ¡partidazo! dijimos. Nada de eso pasó, se apagaron y el partido se hizo eterno, hasta el minuto 114, que el arbitro argentino cobró penal, clara falta de Jørgensen sobre Rebić, ye entonces pensamos que llegaría la explosión, pero ¡no! Kasper Schmeichel demostró sus legado familiar, le tapó el penal a Modric y mandaron la serie a la tanda de penales, algo que todos sabíamos iba a pasar, excepto cuando Pitana cobró ese penal, que de cierto modo nos salvó la noche.

El resto es historia conocida, Eriksen erró para Dinamarca el primer penal y fue letal, ante un Subašić estupendo, que contuvo a Schöne y pero Kasper Schmeichel estuvo sensacional en la tanda y contuvo a Schöne y Jørgensen, para cerrar la llave con el gol de Rakitic y darle la clasificación a Croacia.

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