Muralla: El arco en el inicio y final de una gran historia

Muralla es una de esas películas que te llegan, ya sea por una u otra razón. Por la sensibilidad del tema, por el reflejo de una sociedad, por la cultura, por los paisajes, o si somos futboleros, por la vida del arquero.
Foto: Muralla / Facebook
Foto: Muralla / Facebook

Quien escribe esta nota, lejos está de ser un crítico de cine, y hace tiempo Juan Pablo Varsky me enseñó que tiene mucho peso el calificar un film con el valor agregado del gusto personal. Porque no es lo mismo decir que la película esta buena, a decir que la película me encantó.

Muralla es una de esas películas que te llegan, ya sea por una u otra razón. Por la sensibilidad del tema, por el reflejo de una sociedad, por la cultura, por los paisajes, o si somos futboleros, por la vida del protagonista.

Es que es tan poco el cine boliviano que se dedica a hablar de deportes, y encima son tan pocas las películas que están tan bien hechas en todas sus facetas, que Murallas se convierte, en una pieza imperdible, al menos para sacarse la curiosidad.

La trama es la historia -ficticia- de un ex arquero de San José, que tuvo en su carrera un penal en 1995 que lo marcó para siempre. A partir de ahí y en una de las tantas canchas de una de las laderas con una vista sensacional, comienza a narrar una historia que es mucho más profunda y que trata de la vida, la sociedad actual y un tema sensible como la trata y tráfico de personas.

Todo eso, bien contado, bien montado, bien actuado y muy bien mostrado, es una excelente opción de cine boliviano –como hace rato no veíamos en el país- que garantiza emociones, reacciones, y una historia interesante, intensa e impredecible hasta el final.

Total
0
Shares
Related Posts