Es una práctica detestable pero bastante común en la Argentina o en Brasil, por ejemplo, oficialismo, oposición, dirigentes de fútbol, figuras de espectáculo, incluso los mismos jugadores, fomentan una actividad de vándalos, disfrazada de trabajos a sueldo.
Los jefes de algunas de las barras más pesadas en esos país, son “seguridad” de algunas figuras, movimientos sociales se apoyan en la fuerza y número de algunas barras para generar caos, o sumar presión en protestas, el Gobierno, usa barras para tener fuerzas de choque, socialmente hablando. Todo esto claro, son secretos a voces, nadie se hace cargo porque saben de que se está fomentando una actividad ilegal y mortal como la que hacen las Barras Bravas.
-NOTA-
En el momento en que el binomio de Unidad Demócrata ingresaba al acto denominado “Fiesta del Carajo”, con jóvenes provenientes de distintas zonas de Santa Cruz, un grupo de “barras bravas” de clubes cruceños comenzaron a arrojarse sillas y a detonar petardos apuntando a la gente congregada en el lugar.
Entre gritos y desesperación, cientos de adolescentes y jóvenes buscaban una salida a la calle Ingavi, en el centro de Santa Cruz, ante el ataque de las hinchadas de fútbol. Incluso, algunos asistentes denunciaron que se realizaron disparos de armas de fuego.
[youtube]https://www.youtube.com/watch?v=XX0-eKYKE0k[/youtube]Fragmento de la Nota El Deber
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¿Por qué en Bolivia comenzamos a copiar una actividad tan nefasta? ¿Cuál era la necesidad de cruzar a las barras de Oriente y Blooming en un acto político? ¿Qué se quería demostrar con eso? Haya sido pensado para mostrar unidad o para evitar el acto, cualquiera haya sido el motivo fue irresponsable de quien lo haya hecho.
El sentido común lo hubiera evitado, sea cual sea el fin, “mostrar unidad” o “evitar el acto”, las rivalidades en el fútbol son cada vez más grandes y agresivas, si bien en Bolivia aún podemos darnos el lujo de ir al fútbol en familia, con amigos del otro equipo, esto comenzó a crecer los últimos años, es tener responsabilidad social, el tener consciencia de esta creciente maleza en nuestra sociedad.
Lo sucedido en Santa Cruz es una señal más de que nuestro fútbol se viene contaminando de una enfermedad que no tiene reversión si la dejamos crecer. La inconsciencia de quienes dirigen los rumbos del País y/o de quienes quieren hacerlo, es también un grave un problema que debe ser resuelto, la violencia que puede generarse desde el “la pasión” mal usada por fútbol puede ser fatal.
Este tipo de irresponsabilidades, fortalecen un mal que no puede seguir siendo ignorado, el fútbol se está enfermando, dirigentes, autoridades, sean responsables, no vaya a ser que tengamos que lamentarlo, no es el primer aviso.
