El torneo liguero comenzó sin mucha repercusión mediática, en el mismo momento que Aurora y Universitario ponían a rodar la -llamativa- pelota Golty, el Rally más duro del mundo, que fue motivo de orgullo nacional, terminaba.
Quizás ese factor de estar en enero pensando en el Dakar, o quizás las noticias que llegaron de la sede la Liga sin mayores visos de cambio en la actitud de quienes manejan el profesionalismo en Bolivia, lograron hacer que la Liga pase a un segundo plano.
El paso del Dakar en Bolivia fue un ejemplo de unidad, de fortaleza y trabajo constante de parte de quienes hicieron posible dicho evento, el fútbol liguero esta cada vez más dividido, lejos de encontrar criterios que dejen de hacer naufragar a nuestro fútbol.
El Dakar nos enseñó que estamos en condiciones de lucirnos como bolivianos ante el mundo, algo que el fútbol nos ha quitado hace tiempo. El sentimiento de integración que se ha generado por lo fierros han generado una repulsión con el deporte más popular en Bolivia.
Incluso un día después del inicio del campeonato, las tapas de los diarios siguen perteneciendo a los Chavos, Walters y Bulacias, el Dakar se ha adueñado de todos, para el colmo, la llegada de la Copa FIFA a Bolivia ha generado otro revuelo mediático un día después de la fecha uno.
El campeonato comenzó, opacado por el evento deportivo más grande que ha pisado suelo boliviano, pero ha comenzado, ahora nos tocará hacer el “switch”, volver a hablar de lo que nos apasiona, volver a hablar de fútbol, pero ojo, que no queremos ser cómplices del silencio, el fútbol boliviano pedía cambios a gritos, y aún los exigimos… que no se repita el vergonzoso final de torneo que nos regalaron los dirigentes bolivianos y que aprovechemos la inspiración de tener la Copa del Mundo en casa para encontrar el camino y que el fútbol vuelva a ser el deporte que nos integre y llene de orgullo, tal cual lo hizo el Dakar.
