El equipo Lila no encuentra solución a un problema atípico y hasta ridículo, debido a que hace varios días tiene: Dos presidentes, dos entrenadores y dos equipos en una misma competencia.
La solución provisional que encontró el fin de semana para si primer partido, fue no usar a ninguno de los entrenadores, y que dirijan los capitanes (Herman Soliz y Darwin Peña) para armar un equipo mixto de los dos bandos; Todo esto refleja lo sui géneris de una situación bochornosa para cualquier equipo de fútbol, incluso en un campeonato de barrio, lo grave de esto sucede en el equipo más popular de Potosí y que juega en una liga “profesional”.
Tras el debut -en el que de manera insólita, además sumó un punto ante la U- el compromiso era que uno de los dos presidentes deposite un monto al otro para dar un paso al costado, compromiso que no se cumplió, porque el otro no presentó los avales de que dejaba pagadas planillas y deudas.
Uno de los referentes lamenta y confirma que esto sigue, Darwin Peña contó que su equipo sigue dividido y cada entrenador sigue trabajando con su grupo de jugadores, por un lado Fernando Ochoaizpur, y por el otro, el español, Walter Botto. La situación es tan tirante que la Gobernación de Potosí, puso un límite, si el equipo Lila no encuentra una solución, no podrá volver a usar el estadio Victor Agustín Ugarte en el torneo.
Todo esto tiene una aditamento más, uno de los presidentes, Wilson Gutiérrez debe presentare ante el Tribunal de Justicia Deportiva, por agresión -grave- contra un árbitro en el pasado torneo, situación que podría costarle una sanción ejemplificadora, algo que parece está esperando Calixto Santos, el otro presidente del Club.
Mientras tanto, no se ve una solución simple, ante la inminente llegada de la fecha dos, el equipo sigue dividido y seguramente volverán a improvisar soluciones para evitar el walk over que lo dejaría fuera del “profesionalismo”, al que tanto daño le está haciendo Real Potosí con esta situación lamentable.
