Rojas salvó un punto valioso para la Academia

Se consagró con su mejor partido, y se ganó el arco, ahora le tocará ratificarse en cada juego
Foto: Juan Mabromata
Foto: Juan Mabromata

A Bolívar se le fue el partido en un detalle, le faltó gol, más allá que Riquelme jugó un buen partido y anotó el empate, perdonó y en dos ocasiones muy claras no pudo cerrar el partido, eso hizo que casi le cueste el juego, en el minuto 93 un penal puso una pausa fría a un partido que estaba a 1000 revoluciones e hirviendo, lo pudo ganar cualquiera. Y ahí apareció él: Javier Rojas.

El arquero de Bolívar fue determinante, antes del gol de Tigre con un par de contenciones; En el propio gol del equipo argentino. Sacó una bola difícil, pero el rebote le quedó al goleador del Matador de Victoria, Magnín no perdonó y se convirtió en el primer gol del partido. Pero luego, Rojas siempre salvó a la Academia. Primero con dos tapadas, de esas que ganan puntos, partidos, y corazones.

Sacó una bola del ángulo cuando se le colaba, luego planeó para sacar una pelota cruzada de cabeza, y hasta ahí ya era el mejor partido de Javier Rojas en el arco de Bolívar desde que llegó. En el medio de esas tapadas, Bolívar dominaba y tenía chances; Riquelme tuvo dos pie a mano con el arquero que no supo resolver, Leo Vaca también perdonó, Saavedra, Arce, Rey se sumaban y tenían sus chances, pero no encontró el camino a pesar de mostrar otro volumen de juego, le faltó definir, el palo también le jugó en contra al cuadro de Vivas: Un poste -la primera del partido- o un travesaño, también fueron decisivos. El gol del empate fue una causa de la presión alta, que esta vez sí apareció, un premio a la constancia y fe de Riquelme y un castigo al nerviosismo de Tigre.

Pero Rojas se seguía construyendo en figura mientras todo eso pasaba, sin saber que en el minuto 93 del partido le iba a llegar su momento. Ese que sueñan todos los arqueros. En sus manos estaba el punto que mantiene con vida a Bolívar. Porque una vez que te pitan el penal a segundos del final, sientes que se te va todo lo trabajado y el esfuerzo realizado no valió la pena. Ahí apareció Rojas.

Que se formó en Bolívar, que luego se fue y que la Academia tuvo que repatriarlo por que su arquero estrella se encaprichó en irse, entonces llegó Rojas como un bombero de la casa, y ahí está, respondiendo a todos los que en su momento lo dejaron ir, y demostrándoles a los que lo volvieron a traer que es él, el arquero que Bolívar necesitaba.

Se consagró con su mejor partido, y se ganó el arco, ahora le tocará ratificarse en cada juego, pero el nivel lo tiene, y a sus 23 años, puede comenzar a andar ese camino que soñó.

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