La elección después del año vivimos con la Selección es creer, al menos esa es mi elección, y es lo que se percibe en la gente. Este 2015 terminó para La Verde en Asunción, pero hay una sensación común en el ambiente, se puede, se quiere, y hay con que.
Bolivia llegó a la Copa América casi desahuciada antes de comenzar el certamen, y se terminó metiendo entre los ocho mejores de la mano de Mauricio Soria, parece que ese torneo le devolvió la confianza al equipo. Pero fieles al estilo de los que no les interesa el fútbol, estuvieron a punto de sepultar lo hecho. Es más lo sepultaron, los pasos que dio la Selección entre Mayo y Julio quedaron bajo tierra con las últimas decisiones de Carlos Chávez al mando de la Federación Boliviana de Fútbol.
Pero nuestra Selección parece ser un ave fénix, se volvió a rehacer, volvió a resurgir, en medio de su peor crisis, el fútbol boliviano encontró al hombre, Julio Baldivieso, discutido por muchos, y quizás saltando muchos pasos en su carrera, llegó al lugar que soñó. Se pueden discutir las formas, se pueden discutir las ideas, pero si había una persona capaz de bancarse el peor momento de nuestro fútbol era él. El Emperador absorbió con su carisma la expectativa. Ese amor-odio que genera en la población le devolvió a la Selección su sitial de paralizar el país en cada partido y polarizó algunas cosas en los futbolistas.
La coyuntura hizo que casualmente, o quizás causalmente, varios que fueron inamovibles en El Equipo de Todos cedan su espacio a otros. Una decisión propia de estos personajes hizo que esos lugares los asuman nombres nuevos, jóvenes o no -inexpertos si, casi todos- pero con ganas, con otra forma de buscar la gloria y haayn ampliado el espectro de jugadores seleccionables en Bolivia con sus deseos de cambiar la historia. Es que para Julio la oportunidad no lo es todo, lo más importante es saber aprovechar esa oportunidad. “Sus Gladiadores” como definió Ramallo tras debutar con dos goles, lo hicieron en casi todos los casos -Saavedra, Flores, Zampiery, Duk- hablaron en la cancha. Bolivia ha sumado tres puntos de doce posibles y de seis estimados en este nuevo proceso de Clasificatorias, y si, ya es mucho. Es que hace tres años que no teníamos una alegría.
Hay mucho que rescatar este año, Bolivia ha reencontrado rumbo, se ha sabido a rearmar de sus cenizas en más de una ocasión; Ahora deberemos aprender a volar, hacerlo aprendiendo de nuestros errores. Lo hemos hecho, en dos meses se ha logrado ver una idea: Tener un equipo para jugar en La Paz, y otro para jugar fuera, una fórmula que nadie la aplicó en el país, y que les resultó a nuestros vecinos. Que los rivales sepan que en el Siles los vamos a ahogar en serio, que vamos a explotar lo mejor del fútbol boliviano. Y que afuera vamos a defendernos y para hacernos un gol van a sufrir mucho, y ojo, vamos a ir a buscar sumar puntos, hay aún un largo camino por andar y hay mucho trabajo por hacer, sin entrar en individualidades, ya habrá tiempo para eso.
Hoy terminando el año a lado la Selección, hemos decidido creer, nos han devuelto las ganas de creer. No olvidemos que un equipo es un estado de ánimo, y hoy la autoestima está fuerte, no dejemos que se nos vuelva a caer. En nuestra elección de creer, también hemos decidido esperar, hacer juntos el equipo. Todos somos Bolivia.
