River Plate se quedó con una final histórica, por el contexto, por los rivales, por que la Conmebol se había llevado la Copa, nos habían robado la ilusión. Pero la super final nos a devuelto la fe, el fútbol, las ganas.
Fue épica, quizás faltó algo de juego fluido o vistoso -pero era una final de Copa- y en gran parte del juego, ganó el miedo a no perder. Luego de la expulsión de Barrios, cuando ya estaba 1-1 -por los golazos de Benedetto y Pratto, cada uno en un tiempo- y en la prórroga, apareció la mística. La Copa Libertadores ha vuelto en el corazón de los jugadores, la esencia del mejor torneo del Mundo.
Un Golazo de Juan Fer Quintero fue el 2-1 que rompió el equilibrio, y después, la entrega de Boca, al mejor estilo del futsal, mandó a Andrada a jugar al campo contrario con sólo nueve jugadores en campo -Gago se rompió el tendón de Aquiles- ahí un palo le dijo no al Xeinenze, era el último minuto de la prórroga, y luego, de inmediato la contra letal del Pity Martínez puso el 3-1 final.
La Copa tuvo eso que queríamos ver, ¡la Copa a vuelto!, a pesar que los dirigentes se la quisieron robar. La quisieron Championizar y se la ofrecieron al mejor postor. ¡Pero no! La Libertadores es nuestra. River es un gran campeón de América. Boca es dignísimo subcampeón. Y nosotros, volvemos a nuestro Continente con nuestra Copa. Gracias por devolverla finalistas.
