No recuerdo en los cincuenta y tantos años de labor periodística radial, un comienzo de temporada con tantos presentes en beneficio del deporte. Primero el exitoso Rally Dakar que pasó por Bolivia, luego la visita de la Copa del Mundo y ahora la creación del Ministerio del Deporte.
Parece que este 2014 llega cargado de regalos que hay que valorarlos, porque bien aprovechados pueden significar el comienzo de una nueva etapa para las actividades musculares.
La designación de Tito Montaño como primera autoridad deportiva ha sido recibida con beneplácito por diferentes círculos, incluyendo a los periodistas deportivos con quienes la nueva autoridad ha estado en permanente contacto desde sus inicios como jugador de fútbol, campo en el que llegó a figurar entre los más destacados del país; y no solo por su habilidad dentro de los escenarios deportivos sino también por una vida disciplinada, que casi siempre en un aliado de los hombres de éxito.
Sin embargo en necesario destacar que para esperar una efectiva tarea de Tito en favor del deporte, es preciso que el naciente ministerio cuente con los recursos económicos suficientes como para intentar ese cambio que la actividad deportiva en general precisa en nuestro país.
Todas las disciplinas reclaman permanentemente apoyo a sus semilleros, allá donde la siembra es más productiva porque encuentra un terreno fértil en los niños y jóvenes que han sido olvidados permanentemente; sin descartar desde luego a los actuales actores que contando con centros de alto rendimiento, por ejemplo, y mejorando sus marcas podrán aproximarse a lo que otros países ya lograron.
Si en el terreno futbolístico se plantea una política de mutua cooperación y entendimiento, seguramente se podrá superar esa barrera que ha hecho casi imposible el diálogo efectivo entre Gobierno y dirigentes de elite.
Por todo lo manifestado, creo que hoy más que nunca, y espero no equivocarme, el deporte puede decir con optimismo… ¡bienvenido 2014!