Videojuegos; el nuevo deporte

La evolución de la tecnología y el desarrollo de la sociedad han ido de la mano desde el nacimiento del hombre como especie.

La evolución de la tecnología y el desarrollo de la sociedad han ido de la mano desde el nacimiento del hombre como especie. Esto se hace muy evidente en un rápido vistazo a la historia, sin embargo, se convierte en algo especialmente destacado en las últimas décadas.

Esta unión se evidencia en la mera observación de tan solo algunos sectores de la sociedad en los que la brecha generacional asociada al desarrollo tecnológico se está acrecentando de forma muy significativa. Los videojuegos y el perfil de sus usuarios es uno de los mayores ejemplos de esta observación.

Un cambio de visión

Los videojuegos nacen como un mero entretenimiento de niños y jóvenes que estalla en gran éxito gracias a la rápida democratización de las consolas. Cuando resulta común tener los juegos en casa, una gran parte de la sociedad más joven cae presa de los evidentes encantos de esta forma de ocio.

Pasan los años y algunos ámbitos de la sociedad, de forma común los menos cercanos al uso de videojuegos, siguen manteniendo su visión infantil y lúdica de un pasatiempos que es mucho más que todo esto.

Estos sectores mantienen su poco fundada opinión porque no asisten personalmente al desarrollo en calidad y cualidades de los videojuegos. Los que sí aprecian este cambio se dan cuenta con rapidez de que se encuentran ante una disciplina mucho más compleja que incluye un ámbito de negocio capaz de crecer de forma exponencial.

La creatividad, la inteligencia, la capacidad de mejora, la diversidad de enfoques, la calidad estética y la posibilidad narrativa son solo algunos de los aspectos que mejoran con cada año que pasa y con cada nuevo juego que sale al mercado. La jugabilidad se incrementa, las capacidades de los jugadores crecen con las consolas más complejas y el desarrollo de un nuevo mundo se convierte en algo imparable que aún hoy sigue creciendo.

Gamers, nuevos deportistas

Bajo la mirada escéptica de muchos, los Gamers se acercan a los videojuegos desde un punto de vista profesional. El duro entrenamiento y la depuración de la técnica son esenciales para alcanzar los elevados niveles de competitividad que se requieren en el mercado de jugadores de juegos electrónicos.

Grandes estadios llenos de público animando a sus equipos acreditan a los llamados eSports como un deporte más que mueve aficiones y merece respeto.

Con una limitada vida profesional, los jugadores de videojuegos al más alto nivel requieren un aprendizaje y un talento que no todos son capaces de alcanzar.

Se trata de una nueva profesión infravalorada por todos esos que no entienden la capacidad de los videojuegos para aportar valor a la sociedad desde muy diversos ángulos. Solo es necesario un poco de tiempo para que, como ya ocurrió con el cine o la fotografía en su momento, se empiece a valorar este tipo de creaciones sin ninguna reserva y sin dudas sobre su validez o su legitimidad para ocupar un lugar entre las disciplinas de ocio, arte y entretenimiento.

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