El partido en Sacaba tuvo un antes y un después tras la primera hora; Es que Wilstermann pareció ingresar al campo de juego con otra intensidad, otra velocidad física y mental, por eso pudo hacer tanta diferencia en el marcador en sólo treinta minutos.
Varios factores influyeron en este hecho, el primero y quizás el más determinante: El medio campo de Wilster, Machado y Saucedo impusieron toda su jerarquía con y sin pelota, incluso uno de ellos anotó dos de los tres goles que se anotaron en ese lapso de tiempo. El segundo factor, fue la floja respuesta en defensa Celeste: Al debutante Orellana le tomó más de 15 minutos aclimatarse a la primera división, a los centrales de Bolívar les cuesta toda pelota cruzada, aérea o terrestre, y el arquero Jaccson no ayuda en la seguridad defensiva en esta faceta.
La actitud lo es todo en el fútbol, y cuando un equipo cede tantas ventajas a otro que está enchufado -como lo hizo Bolívar a Wilstermann en Sacaba- se puede dar un resultado como este, el 3-0 que tuvo el duelo en Cochabamba antes de los 30 minutos, se hizo irreversible para la Academia, a pesar que cuando encontró un golazo en los pies de Lizio cambió el humor, se metió en el partido, pero la actitud y el fútbol llegaron tarde, se atrasaron media hora, y a Wilster le alcanzó para hacer la diferencia y escribir el futuro del partido que selló con el 4-2 definitivo.
