Foto: Conmebol.com
Carlos Chávez debe salir en libertad para ser nuevamente el presidente de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) y tesorero de la Conmebol. Esa es la decisión de quienes conducen a la desprestigiada Confederación Sudamericana de Fútbol (CSF).
Para ese objetivo presionan al desconocer a los dirigentes de la Federación. Para generar acefalía y así, Chávez pueda ocupar su sillón presidencial y asimismo administrar el dinero del fútbol sudamericano.
Causa gracia el comunicado de la Conmebol cuando indica que su cúpula determinará “si se ha producido alguna injerencia en la autonomía de la FBF”.
Descaradamente, los dirigentes del ente sudamericano chantajean sin tapujos al Poder Judicial para conseguir la libertad de Chávez, detenido en Palmasola, acusado de “estafa agravada con múltiples víctimas”, según el fiscal Jaime Tapia.
Con su tesorero encarcelado, la imagen de la Confederación se cae a un abismo sin fondo. El desprestigio institucional y económico es ruinoso. Por eso son solidarios con Carlos Chávez; no le sueltan la mano. Tienen miedo de ser delatados por su cófrade, si continuara privado de su libertad.
Más, cuando como ente del fútbol sudamericano perdió inmunidad parlamentaria de la que gozó impunemente su sede en Paraguay, desde 1998 hasta junio de este año. Inmunidad de cualquier embajada, utilizada para ganar dinero a como diese lugar. Su dirigencia, por entonces, tenía inmunidad diplomática. Cualquier juez puede investigar y condenar a sus miembros. ¿Queda claro?
Hasta las irregulares ventas de derechos televisivos de la pasada copa América disputada en Chile y de las próximas -Estados Unidos 2016, Brasil 2019 y Ecuador 2023- pueden ser investigadas en Paraguay. Como investiga la Justica estadounidense. Para el departamento de Justicia de Estados Unidos, Chávez fue partícipe en esa operación como titular de nuestro fútbol. ¿Romer Osuna? También puede caer en la volteada. Cuando se hizo el “negocio” era el tesorero de la Confederación; hoy es su gerente.
La Confederación Sudamericana de Fútbol no acepta injerencia hacia ninguno de sus asociados. Pero es capaz de hacer cosa para liberar a su tesorero. Extorsionando a la Justicia, si es necesario. Esa es su doble moral.
Los que presionan saben que pueden caer en cualquier momento y dan señales de aparente fortaleza. Fortaleza perdida desde que a la sede sudamericana en Luque, se le quitó su inmunidad. Peor todavía, cuando la FIFA es un sálvese quien pueda, cual Titanic naufragando.
