Detrás de la gallardía de la Selección Sub-23 de Bolivia ante Venezuela, hay todo un equipo de colaboración, Antonio Carlos Zago es el más importante por su función. Más allá de cumplir un rol, esta imponiendo una mentalidad competitiva en los jugadores en base a optimismo y confianza, tal y como si ellos fueran sus hijo y él, el padre. El fin es que La Verde no solo cumpla con su participación en el Preolímpico, sino que compita.
“Lo que procuro transmitir es el optimismo a estos chicos porque a veces en Bolivia los tiran abajo y nosotros queremos ponerlos siempre arriba (…) Así que procuro darles confianza, estar junto con ellos, hablar como hijos, hacer que tienen capacidad y técnica, que son buenos jugadores y que tenemos que trabajar entre nosotros”, expresó Zago en la conferencia de prensa posterior al empate.
A ojos del entrenador, se logró uno de los objetivos. “Hemos competido que es algo importantísimo para estos chicos”, concluyó Zago. Bolivia supo sobreponerse a distintas adversidades como la remontada, el penal fallado y la expulsión de Carlos Sejas. Pero los jugadores animados por el brasileño respondieron a la confianza puesta en ellos.
Gabriel Villamil en la misma conferencia de prensa avaló la propuesta de Zago. “La mentalidad que nosotros teníamos era de intentarlo hasta el final, de poder crear la mayor oportunidad de remontar el resultado y gracias a Dios y al esfuerzo nos llevamos un punto valioso”, manifestó el capitán se la Selección Sub-23.
Desde su presentación como nuevo director técnico de la Selección de Bolivia, Zago disfruta su labor y todo lo que hace a favor del fútbol boliviano. “Yo estoy muy feliz de lo que estamos construyendo estos tres meses, estamos intentando organizar un poco más todo”, dijo. Con seguridad y compromiso, tomó a la Sub-23 y ahora muestra su lado paternal para alcanzar el nivel necesario de competencia.