El estadio George Capwell recibió al segundo partido de la Sub-17 de Bolivia en el Sudamericano enfrentando a Argentina, un compromiso que tuvo muchas respuestas positivas en defensa, sin embargo, el resultado fue adverso por la mínima distancia. El esfuerzo en cada ocasión del juego fue evidente en La Verde pero no suficiente.
La propuesta ofensiva fue más notoria en la Albiceleste frente a cualquier intención de contraataque en Bolivia. El dominio del esférico fue para Argentina en la primera etapa, tuvo 9 de 13 remates, 301 de 380 pases y recibió 8 de 10 faltas. Todos estos números no pudieron transformarse en la efectividad ante la respuesta del portero Fabián Pereira que con el uniforme amarillo y la 12 en la espalda fue sinónimo de seguridad.
El arquero del Club Calleja de Santa Cruz pudo intervenir en 9 ataques claros de Argentina. La resistencia de Bolivia duró hasta los 69 minutos luego de que Valentino Acuña remate con izquierda al fondo de las redes. Las ilusiones por obtener un buen resultado no quedaron rendidas y la presión intensa junto con los contragolpes fueron los recursos para mantener cualquier posibilidad.
Sin límites ni miedo para disputar las divididas, Sebastián Altamirano recibió un golpe en la pierna derecha ante la fuerza desmedida de Gustavo Albarracín en la última etapa del compromiso. La sorpresa llegó cuando el doctor de la CONMEBOL, Edison Viveros, tardó en aprobar el transporte de la ambulancia a una clínica, llegando a ocasionar el reclamo del cuerpo técnico y médico de Bolivia para una pronta asistencia.
Con la preocupación en el grupo por el estado físico del compañero y la impotencia de un resultado adverso, así se retiró La Verde del campo de juego. El próximo partido será el 4 de abril ante Venezuela desde las 17:30 horas nuevamente en el estadio George Capwell, esa posibilidad de revancha que siempre permite el fútbol.
