
El 10 de Argentina fue el que dirigió a su equipo a la goleada, ya que asistió en los dos primeros goles, participó del tercero y el cuarto, y desde el piso le sirvió el sexto gol a Higuaín.
Tuvo un par de oportunidades de ponerle su firma a la goleada pero Justo Villar atento le negó el gol, la noche fría de Concepción se vio encendida con la magia de Messi que no trabajó como delantero sino jugó algo mas retrasado creando y alimentando a sus compañeros que aprovecharon esto y juntos consolidaron el pase.
Dejó en aprietos a todos los paraguayos que intentaron frenarlo ya que se volvió imparable cuando se iba al ataque dejando en el suelo y abriéndose camino.
Messi no recibió esa tarjeta amarilla que lo podía dejar fuera de la final en Santiago, es así que llegará al partido del sábado con un importante crecimiento dentro de su selección, situación que tiene como pendiente en su carrera.