Una vez más, el Tahuichi se abarrotó de gente por el encuentro de los máximos referentes de Santa Cruz. Oriente Petrolero y Blooming jugaron el primer Clásico Cruceño del año. Como ya es usual, fue intenso, pero también impreciso con escasa generación de juego claro. Un autogol y un gol de penal fueron las principales emociones que llegaron en la recta final del partido.
La intensidad en la parte inicial del partido fue de más a menos. Fenga, la sorpresa en el onceno celeste, fue el más explosivo de su equipo. En sus pies, tuvo la opción más clara al anticiparse a Quiñónez y a Paz, pero la pelota se fue a centímetros del palo. En Oriente, Cristaldo y Álvarez intentaron hacer la diferencia. Aunque, ambos estuvieron escasos de claridad y precisión.
El segundo tiempo fue lo contrario. Los dos equipos guardaron energías para el final. Además, falló la conexión del VAR con el árbitro central y se perdieron minutos. A la hora de juego, Arismendi sustituyó a Fenga. De a poco, Blooming fue más profundo, pero se encontró con un Quiñónez inspirado por su familia.
Cuando parecía que Oriente perdía el rumbo en ofensiva, un centro y el intento de Villagra hicieron estallar de alegría a los Albiverdes. Siles por marcar al delantero terminó empujando el esférico a su propio pórtico. De inmediato, Bustos arriesgó metiendo a Sinisterra. En la adición, el VAR observó un centro al área y el juez cobró penal. Rodríguez fusiló el arco, el guardameta rozó, aunque la celebración fue celeste.
Fiel a su estilo, el Clásico Cruceño se definió pasando el minuto 90. Tanto Oriente Petrolero como Blooming se perjudicaron, pues solo ascendieron un puesto. El Refinero es décimo a falta del partido FC Universitario, mientras la Academia Cruceña sube a la penúltima posición.