Después de la importante victoria sobre Oriente Petrolero en condición de visitante, el técnico de Wilstermann, Álvaro Peña, compartió las sensaciones que le dejó el partido y, entre lágrimas, una anécdota que explica lo que significa para él volver al Tahuichi Aguilera.
El partido: “Estoy contento por el fútbol de Wilstermann, por lo que hacen los jugadores adentro de la cancha. Y estoy feliz también porque, en poco tiempo, Lucas fue una buena variante y fue fundamental para el triunfo de esta noche”.
De goleados a ganadores: “El partido con Bolívar fue un espejismo. Ya no quiero ni acordarme de eso. La mayoría de los jugadores se estaba cuidando, y yo los entiendo. Querían estar bien para este partido porque es una vitrina. Se muestran para salir a jugar al extranjero”.
¿El arbitraje influyó en el resultado?: “No, para nada. Nosotros hicimos dos goles lícitos. Las expulsiones fueron justas, y en el fútbol no hay que poner excusas. No hay beneficiados, hay que hacer goles. (…) Hubo un lindo espectáculo, que es lo importante”.
La emoción de volver al Tahuichi: “Mi padre era entrenador de boxeo, y vivíamos debajo de las gradas del estadio. Nos criamos ahí. Vendíamos empanadas, refrescos… Y mi madre lo hizo durante 45 años. ¿Cómo no voy a estar agradecido con ella? Volví ahí y sentí que estaba conmigo”.
A preparar la revancha: “Vamos a seguir trabajando. La llave no está cerrada. Tenemos un partido más en Sucre y tenemos que dejar todo dentro de la cancha. (…) Hoy demostramos fútbol de ataque. No voy a resignar eso en ninguna cancha. Mi equipo siempre va a ir al frente”.
