The Strongest y Bolívar saltarán el domingo a la cancha para medirse en el clásico 190 en la historia de la Liga, pero no será un partido más, pues estará en juego la punta del torneo Apertura al cumplirse la décimo tercera jornada, que incluirá otros cinco encuentros, ninguno tan trascendental como el que enfrentará a atigrados y celestes —en ese orden, respetando la localía— desde las 16.00 en el estadio Hernando Siles.
La Academia llega a este choque como el equipo líder (24 puntos) y primer favorito a obtener la corona. De hecho, de aquí hasta la conclusión del campeonato tiene un mejor calendario (seis partidos en La Paz y cuatro afuera) que su oponente y obtener una victoria, en esta ocasión, podría ser vital para afrontar el resto del certamen, en principio porque ampliría la diferencia sobre su inmediato escolta.
The Strongest (22) —que jugará desde mañana cinco encuentros en La Paz y cinco afuera— está frente a la posibilidad de regresar al primer puesto, y quizás éste sea el momento más oportuno, porque si lo deja escapar quién sabe si después se le volverá a presentar la ocasión. En sus más recientes actuaciones los dos conjuntos paceños han resignado puntos valiosos, que de haberlos logrado tal vez la situación sería en este momento diferente.
Bolívar perdió la mejor chance de ampliar la diferencia sobre el segundo al sólo empatar el último domingo con el “benjamín” Sport Boys, en su segundo partido al hilo —de cuatro— sin moverse de Miraflores. Mientras The Strongest perdía en Sucre, y lo mismo pasaba con sus otros escoltas, Wilstermann en Potosí y Nacional en Cochabamba, la Academia reunía apenas un punto que —como se percibe ahora— no le sirvió de mucho.
El Tigre volverá este domingo a La Paz casi con las manos vacías, luego de dos incursiones —ante Real y la “U”—, que le reeditaron también sólo una unidad, el empate con sabor a nada frente al cuadro potosino. Está claro que un empate, pasado mañana en el Siles, no beneficiaría a ninguno y les daría chance a los de atrás a acercarse al primer lugar.
Fuente: La Razón
