Ganamos, es importante. Goleamos, es un incentivo. Ramallo que no estaba en condiciones de jugar anotó dos goles; es auspicioso, sirve para erradicar temores y estará a la orden contra Paraguay. Tiene una clase que ni él mismo dimensiona.
En ataque jugamos bien: el equipo logró precisión en velocidad y acertó cuatro veces en el arco venezolano. No es poco. Aprovechamos la quietud de una defensa y una línea media impotente presentada por una modesta selección venezolana.
Con Chumacero marcando, recuperando, atacando y asistiendo en los dos últimos goles verdes. Decisivo Chumita, como en sus comienzos en The Strongest. Y Cardozo parejo –autor del cuarto- con gran vitalidad.
Hay más méritos en la lista: en el onceno había 10 hombres adaptados a la altura. Si somos locales en La Paz hay que poner hombres aclimatados al ambiente, para correr y jugar.
Así, como hubo méritos, también cometimos errores defensivos. Si hacemos marca personal debemos ser persistentes y no soltar al rival. La defensa sigue siendo un problema; nos hicieron seis goles en tres partidos, cuatro de local. Preocupante; Paraguay es más equipo que Venezuela, aun con sus titulares. Está invicto y es candidato a la clasificación mundialista.
Lo mejor para el martes será repetir el once que goleó a Venezuela. Aunque debamos reemplazar al Conejo Arce y Leonel Morales por suspensión, bajas muy sensibles. Hay que consolidar el equipo.
El triunfo es bienvenido. Permite trabajar con tranquilidad, con mejor onda. Aleja miedos, disipa dudas. Pero no puede cegarnos. Hay que corregir los errores. Victoria para disfrutar y mejorar.
