Uno de los principales problemas que tiene nuestro fútbol, además de la falta de recursos, es la falta de profesionalismo que rodea el entorno de un pseudo “fútbol profesional”.
Lo que sucedió con Bruno Martínez, y la terna orureña en Sucre, es una alerta más, la falta de profesionalismo en el fútbol -fuera de lo que rodea el campo de juego- es evidente.
Los controles de seguridad que rodean un partido duran 90 minutos -salvo en un partido de Eliminatorias- ningún operativo policial se queda cuando las radios, por ejemplo, terminamos nuestro trabajo una o dos horas luego de los partidos, en muchos casos el operativo termina con la salida del equipo visitante. No se contempla planes de contingencia ante situaciones con el equipo local o con el arbitraje.
Los jueces y jueces asistentes en Bolivia son los que menos ganan en el Continente por partido y lamentablemente son los que más expuestos están ante cualquier situación que supere los controles básicos de seguridad.
Un informe de Pasion Libertadores en 2012 muestra cifras que hacen tangible esto, el arbitraje en Bolivia es el peor pagado del Continente (ver informe completo)
En Bolivia un Arbitro FIFA es el mejor pagado, gana Bs. 1,400, mientras que un Asistente con insignia FIFA cobra Bs. 1,200. El rango va bajando los arbitros de la Liga, es decir los de primera cobran Bs. 1,150 por partido y los asistentes cobra Bs. 900. Un cuarto arbitro cobra Bs. 650 y los asesores de árbitro están con Bs. 200.
Estas cifras son actuales en la Liga a este 2014, es decir que por ejemplo Bruno Martínez pudo perder la vida en el brutal ataque de Sucre, por 900 bolivianos.
Por eso es necesario profesionalizar todo el entorno, los arbitros deben ser profesionales 100% del fútbol, cobrar salarios que les permitan dedicar sus ocho horas del día a capacitarse y mejorar su condición física, y estar ocupados como los futbolistas en preparar los partidos que deben ser designados por méritos y no por un dedo según el lugar de nacimiento de cada uno.
Mientras que es fundamental que la logística de cada evento deportivo este capacitada de brindar seguridad a los protagonistas durante todo el evento, desde que inicia con la llegada de los protagonistas, hasta que se le pone un candado al escenario deportivo y todos los protagonistas están fuera del alcance de cualquier peligro.
Es fundamental para exigir buenos arbitrajes, darles las mejores condiciones de trabajo, como a los futbolistas y como a cada laburante. Merecen ser tratados con aportes al estado, seguros de salud, de vida, salarios que les permitan profesionalizar en serio su labor y sobre todo condiciones de seguridad mientras realizan sus tareas.
