Todos recordamos al Mundial de 1950 por aquel “Maracanazo”, Uruguay dio el gran golpe a Brasil en su Mundial, en su catedral, pero en esa misma edición se produjo una de las sorpresas más grandes en una Copa del Mundo: La victoria de Estados Unidos frente a Inglaterra en el estadio Independencia de Belo Horizonte.
A pesar que para llegar a ese Mundial cayó frente a México, por 6-0. Aún así consiguieron clasificarse segundos de grupo tras vencer a Cuba por 5-2.
En su primer partido del Campeonato del Mundo tuvieron contra las cuerdas a España: vencían por 1-0 hasta que a falta de 10 minutos Igoa, Basora y Zarra dieron la vuelta al marcador.
El segundo encuentro sería el que marcaría el hito histórico. Se enfrentaban a Inglaterra, que debutaba en un Mundial tras no asistir a ninguno de los celebrados antes de la guerra.
Las apuestas de una victoria estadounidense se pagaban 500 a 1 y el seleccionador inglés, Winterbottom, decidió reservar a su estrella Stanley Matthews para el partido contra España.
El propio arquero de ese equipo de Estados Unidos, Frank Borghi declaró que se conformaba con solo recibir 5 o 6 tantos. Tras un comienzo arrollador por parte de los ingleses, con dos lanzamientos al palo en los primeros minutos, la figura de Borghi se acrecentó y logró detener todas las acometidas de Inglaterra hasta que un tanto de Gaetjens puso en ventaja a los norteamericanos.
La segunda parte fue un total asedio a la porteria americana, pero la gran labor defensiva y en la portería de Borghi dejaron el tanteo como estaba, teniendo lugar un resultado asombroso.
Tal es así que varios periódicos europeos no quisieron publicarlo temiendo que fuese falso. Incluso un periódico británico supuso que se trataba de un error tipográfico del teletipo y publicó que Inglaterra había ganado por 10-1.
Finalizaron su participación con una derrota frente a Chile por 5-2, pero su clasificación ya era imposible puesto que España había ganado todos sus encuentros.
Fuente: Martin Pernau/ ESPN/ Late!
